WASHINGTON, 12 de abril (AFP).- Ante miles de personas, Barack Obama celebró emocionado el inicio de una aventura “histórica”. Bajo una salva tronadora de aplausos, Hillary Clinton saludó el cambio que la puso como primera mujer candidata a la Presidencia de Estados Unidos. Joe Biden, en cambio, debe lidiar con un escenario distinto marcado por el coronavirus.
El exvicepresidente de Obama celebró su victoria en las primarias demócratas con un comunicado y algunas declaraciones por internet desde el subsuelo de su casa, en donde está confinado por el coronavirus.
“¿Recuerdas la noche en que Obama obtuvo la investidura demócrata?”, lanzó esta semana Dan Pfeiffer, exconsejero del presidente demócrata, a otro miembro de su equipo en su podcast “Pod Save America”.
“Hicimos una gran fiesta, y fue genial. Estábamos todos juntos. Obama pronunció un discurso en Minnesota”. Pero para Biden, de 77 años, no hay gran discurso que marque el momento, ni
puesta en escena para celebrar la victoria que lo enfrentará en noviembre a Donald Trump.
Las ventajas del bajo perfil
¿No podría hacer más, moverse, reunirse con personal de salud?
“Estoy seguro de que él y su equipo continúan pensando sobre qué puede hacer” en estos tiempos inéditos, dijo.
Biden, que el sábado ganó las primarias demócratas de Alaska, espera recibir el apoyo oficial de Obama, todavía muy popular entre los demócratas y de raras apariciones públicas.
Mientras tanto da entrevistas desde el estudio de televisión instalado en su subsuelo.
Pero Trump se asegura cada día apariciones en directo en las grandes cadenas de televisión, con conferencias de prensa sobre la crisis que azota Estados Unidos, donde más de 20,000 personas han muerto por esta enfermedad respiratoria.
En cambio, la crisis del coronavirus permite que Biden, un veterano de la política con una vida sacudida por las tragedias personales, muestre “dos de sus fortalezas: su competencia, con su conocimiento del funcionamiento del gobierno, y su empatía”, destaca Lublin.