WASHINGTON, Estados Unidos, 10 de mayo (AP).- A medida que llegaban a su máximo los pedidos de respiradores a la reserva nacional en marzo, el presidente Donald Trump hizo afirmación audaz: su administración tendría 100,000 en 100 días.
Hasta ese momento, el Departamento de Salud y Servicios Humanos no había ordenado ningún respirador nuevo desde el comienzo de la crisis de COVID-19 en enero. Pero documentos muestran que, durante las siguientes tres semanas, la agencia se apresuró para cumplir con la promesa de Trump, gastando casi 3,000 millones de dólares para que los fabricantes estadounidenses aceleren la producción de las máquinas a un ritmo sin precedentes.
Un análisis de los datos de contratación federal realizado por The Associated Press mostró que el Departamento de Salud superará los 100,000 nuevos ventiladores para el 13 de julio, casi una semana después de la fecha límite de 100 días que Trump dio el 27 de marzo.
Para fines de 2020, se espera que la administración reciba unos 200,000 nuevos respiradores, de acuerdo con la revisión que hizo la AP de los contratos federales de compra. Antes de la pandemia, los hospitales de Estados Unidos tenían 160,000 ventiladores.
Pero durante el último mes, la demanda de ventiladores ha disminuido. Muchos médicos los están usando como último recurso después de observar tasas de mortalidad inusualmente altas entre los que recibieron las máquinas.
Esto está planteando la posibilidad de que Estados Unidos pronto pueda estar inundado de ventiladores, tanto que la Casa Blanca ahora planea enviar miles al extranjero, donde las necesidades son mayores.
El martes, México dijo que recibió un envío de ventiladores proveniente de Estados Unidos. Trump dijo la semana pasada que Rusia también recibirá ventiladores estadounidenses, junto con otros países.