Un preocupante repunte de contagios obliga a retomar el confinamiento en territorios del Sur y el Oeste de Estados Unidos, con Florida, Texas y Arizona en el centro del foco.
El resurgimiento del virus en la Unión Americana ha llamado la atención de otros países. Parece casi seguro que la Unión Europea prohibirá que los estadounidenses ingresen al bloque.
Cuando las esperanzas de millones de ciudadanos están puestas en la reapertura de la economía en Estados Unidos, afectada por la pandemia del coronavirus, en muchas partes del país lo que se está planteando es un nuevo cierre.
Casi cinco meses después de que el gobierno del presidente Donald Trump empezara a tomar medidas contra la pandemia, Estados Unidos está viviendo un repunte del número de casos de coronavirus.
La advertencia de que el número de casos del nuevo virus en EE.UU. puede ser “10 veces mayor” al de las cifras oficiales. Los gráficos que muestran por qué la pandemia no está controlada en esa nación. El país registró el viernes un récord diario de contagios con 45,330. Desde abril no se veían números similares de nuevas infecciones en el país.
“Esto es algo por lo que realmente estoy preocupado”, había advertido ya el martes sobre esta tendencia el doctor Anthony Fauci, jefe de Epidemiología del Instituto Nacional de Salud de EE.UU., en una comparecencia ante el Congreso.
“Bajamos de 30,000 (nuevos casos al día) a 25,000 a 20,000 y, entonces, nos quedamos allí, pero ahora estamos subiendo. Eso es muy preocupante para mí”, agregó.
La situación está generando gran presión en varios estados, al punto de llevarlos a suspender los planes de reactivación de la economía.
La pandemia ha evolucionado y los focos de preocupación se han trasladado a otros estados después de que Washington, California y Nueva York centraran la atención en abril y mayo.
Luego de que Texas registró este jueves un récord de 5,996 casos nuevos, el gobernador Greg Abbott anunció que se mantendrían en pausa los planes para pasar a las etapas siguientes de la reapertura de actividades.
El viernes, Abbot fue un paso más allá y ordenó el cierre de todos los bares.
En Arizona, otro de los estados más golpeados ahora, el gobernador Doug Ducey, tras haberle dado “luz verde” a los negocios, señaló el jueves que ahora la luz es “amarilla”, y agregó que los ciudadanos se encuentran “más seguros en casa”.
Mientras, hay 30 estados que están registrando un claro aumento de casos, hay una decena de estados en los que la situación no parece haber variado mucho en las últimas dos semanas y otra decena en la que el número de casos sigue descendiendo.
Una particularidad de la situación actual de la enfermedad en Estados Unidos que, además, puede ayudar a explicar el aparente desacople entre el aumento de los casos y el descenso de las muertes, es el hecho de que una proporción importante de los nuevos casos son gente joven. (BBC)