A principios de este año hubo controversias a nivel nacional por el uso de plásticos, sobre todo desde que entró en vigor, a partir del 1 de enero, la ley que prohibía la comercialización, distribución y entrega de bolsas de plástico; ello con el fin de fomentar la conciencia ambiental entre los ciudadanos.
Sin embargo, con la llegada del COVID-19, algunos sectores se han apoyado ampliamente del plástico para seguir sus labores; principalmente las empresas de alimentos que aumentaron sus ventas a domicilio durante la pandemia, y que transportan todos sus productos en plástico.
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Este también es el caso de los cubrebocas, que desde que los científicos hicieron un llamado al mundo para su uso, han salvado muchas vidas pero han dejado estragos en el planeta, pues se calcula que cada mes se utilizan 129 mil millones de cubrebocas y 65 mil millones de guantes, según informó la revista Ciencia Ambiental y Tecnología.
En un estudio ambiental que los científicos realizaron al respecto, determinaron que la contaminación provocada por los cubrebocas no sólo afecta al ambiente, sino que también se han vuelto un foco de infección para que el virus se propague, pues todos las mascarillas permanecen en la basura.
Ante esto Greenpeace emitió un comunicado donde solicita que se usen mascarillas reutilizables o lavables, incluso por el personal médico, siempre siguiendo las normas de higiene necesarias para estar a salvo de los contagios.
Respecto a ello, la ONU también se pronunció anunciando que los incineradores que contrarrestarán el exceso cubrebocas, también van a causar daños ambientales, además de perjudicar la salud de las personas que vivan cerca de las zonas donde se lleve acabo este proceso.
Por dichas razones, los científicos llaman a la población del mundo a cuidar el medio ambiente a través del uso de cubrebocas que sea posible utilizar más de una vez.
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