Tras un escándalo en el que miles de familias holandesas fueron acusadas erróneamente de fraude, el primer ministro Mark Rutte, anunció el viernes la renuncia de su gobierno.
“El Estado de derecho debe proteger a sus ciudadanos del todopoderoso gobierno, y aquí esto fracasó de forma estrepitosa”, declaró Rutte en una rueda de prensa. El funcionario agregó que había presentado la renuncia de su gabinete al rey Guillermo Alejandro, a sólo dos meses de las elecciones legislativas y en plena crisis sanitaria.
Unas 26 mil familias fueron acusadas erróneamente de fraude con las prestaciones sociales y obligadas a devolverlas, lo que sumió a muchas de ellas en graves problemas financieros.
Algunos de los hogares estaban en la mira de la administración por su origen étnico, en base a su doble nacionalidad. Se ha “criminalizado a personas inocentes, sus vidas fueron destruidas”, admitió Rutte.
De acuerdo a una investigación parlamentaria publicada en diciembre, se reveló que funcionarios de impuestos pusieron término a las prestaciones de miles de familias, acusadas erróneamente de fraude entre 2013 y 2019, y les obligaron a devolverlas de forma retroactiva.
El comité parlamentario concluyó que se había cometido una “injusticia sin precedentes” contra los padres, que recibieron un “trato institucionalmente sesgado”, lo que “viola los principios del Estado de derecho”, y acusó a ministros, funcionarios, diputados y jueces de haber “cometido errores” y haber hecho la vista gorda ante estas disfunciones.
La presión contra el gobierno aumentó el jueves tras la renuncia del jefe del Partido Laborista holandés (PvdA), en la oposición, Lodewijk Asscher, ministro de Asuntos Sociales de 2012 a 2017, en la anterior coalición gubernamental de Rutte.
Con información de Tn.com
LAF