"Soy una persona católica, me considero muy, muy creyente. Pero Dios no me quiere ver sufrir a mí”, son las palabras de Martha Sepúlveda, una mujer de Colombia que decidió utilizar la eutanasia para dejar de sufrir de la terrible enfermedad que padece, esclerosis lateral amiotrófica.
"Con una esclerosis lateral en el estado que la tengo, lo mejor que me puede pasar es que me vaya a descansar", expresa durante una entrevista.
Contrario a lo que muchos pudieran pensar, Martha comparte la noticia como algo normal. Se ríe ante la cámara, mientras come patacón con guacamole y bebiendo una cerveza, durante una entrevista para la BBC.
Se trata del primer caso en que una persona se autoriza una eutanasia a un paciente que no tiene una enfermedad terminal, pero que representa una muerte lenta y dolorosa que se extenderá por muchos años.
A su lado se encuentra su único hijo. Un joven de 22 años, quien comparte que su mamá está tranquila y feliz desde que le dijeron que podía morir, “porque su vida era literalmente un infierno”, comenta.
Dijo que su mamá siempre ha sido una persona muy abierta a la muerte. Ella siempre ha dicho "yo no tengo miedo a partir, sino a la forma en la que voy a partir", que es precisamente por lo que buscó que le reconocieran el derecho a una muerte digna.
"Un día ella me dijo: sería tan bueno que yo pudiera solicitar la eutanasia. Y pues yo no lo tomé como muy en serio. Pero cuando me dijo que quería hacerlo, yo estuve en negación por unos días. Yo decía, no, mi mamá no, todavía no. Le decía, mami, por favor no", recuerda.
A diferencias de muchos, o la mayoría, Martha Sepúlveda sabe que día y a qué hora morirá; a las 7 de la mañana este domingo 10 de octubre.
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JG