La policía iraní anunció el sábado que casi 70 personas habían sido detenidas tras una violenta concentración de protesta por la desecación de un río en la ciudad de Isfahán, en el centro del país.
Desde hace más de dos semanas, los habitantes de la tercera ciudad del país organizan manifestaciones para protestar contra la sequía que azota la región desde hace años.
También culpan a las autoridades de desviar el agua de la ciudad para abastecer a la vecina provincia de Yazd, que también sufre escasez de agua.
El viernes, por primera vez, la manifestación estuvo acompañada de enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.
Nurodin Soltanian, portavoz del hospital universitario de Isfahán, citado por la agencia de noticias Mehr el sábado, dijo que había manifestantes heridos, entre ellos "dos (...) en estado grave".
"Hemos detenido a 67 de los principales autores y alborotadores", declaró a la agencia de noticias Fars un alto cargo de la policía nacional, el general Hasan Karami.
Según él había "entre 2.000 y 3.000 alborotadores en los disturbios del viernes".
Las detenciones fueron realizadas por la policía, los Guardianes de la Revolución --el ejército ideológico de la República Islámica-- y los servicios de inteligencia.
El río Zayandeh-Rud, que atraviesa Isfahán, seco desde el año 2000 salvo algunos breves periodos, se ha convertido en el principal punto de encuentro de los manifestantes.
Irán es un país árido que lleva años sufriendo una sequía crónica, lo que ha provocado inundaciones periódicas causadas por la combinación del endurecimiento del suelo y las precipitaciones.
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JG