Agentes de policía de la localidad de Manacor, en las Islas Baleares, España, detuvieron a un hombre de 40 años acusado de infectar de COVID-19 a un total de 22 personas, ocho de manera directa y 14 de manera indirecta.
Los hechos ocurrieron en enero de este año, de acuerdo con la policía, que en aquel entonces investigó el reporte de un brote de coronavirus en un establecimiento comercial de Manacor, donde el hombre detenido habría transmitido la enfermedad a varios de sus colegas.
De acuerdo con los empleados del del negocio, su compañero presentaba síntomas de coronavirus, tales como fiebre de 40 grados, por lo que el sujeto se hizo la prueba para detectar rastros del virus en su cuerpo.
Sin saber sus resultados, el hombre volvió a su trabajo, donde sus jefes y compañeros le pidieron que se fuera a casa, sin hacerles caso. Según relatan los testigos, el sujeto no solo hizo caso omiso de sus peticiones de retirarse, sino que se paseaba por el negocio tosiendo, además de que se retiraba el cubrebocas. tosía y gritaba “voy a contagiar a todos del coronavirus”.
Las amenazas resultaron reales, pues poco después el ahora detenido se enteró que tenía COVID-19, la enfermedad que ya ha causado más de 77 mil muertes en España y casi 4 millones en todo el mundo.
Tras la irresponsabilidad del sujeto, tres personas fueron infectadas en el gimnasio al cual asistía y cinco en su centro de trabajo, quienes a su vez contagiaron a familiares y personas cercanas.
A pesar de la situación, las autoridades españolas informaron que no se registró ninguna fatalidad y que ninguna persona tuvo que ser ingresada al hospital para ser tratada.
Con información de La Razón JMCG