El nombre de Kurt Cobain vuelve a sonar luego de que se diera a conocer que el FBI desclasificó sus archivos sobre la muerte del líder de Nirvana.
Según recoge la revista 'Rolling Stone', el expediente, de apenas 10 páginas y que se publica en su web, es breve pero intrigante.
Las piezas claves son dos cartas, cuyos remitentes permanecen en el anonimato, que fueron enviadas al FBI instando a la oficina a investigar el fallecimiento de la estrella del rock como un asesinato, en lugar de un suicidio.
En estos documentos, que contienen cerca de 10 páginas digitalizadas, se encuentran datos reveladores, como por ejemplo, cartas anónimas en las que pide a las autoridades investigar el caso como homicidio.
Una de las cartas menciona que “a millones de fans de todo el mundo les gustaría que se aclararan de una vez por todas las incoherencias que rodean su muerte”.
Otra carta dice: "La policía que se hizo cargo del caso nunca se tomó muy en serio la investigación como un asesinato, sino que desde el principio insistió en que era un suicidio”.
Las pruebas señalan que el arma que encontraron junto al cuerpo de Kurt, no tenía huellas digitales, lo que supondría que el posible asesino habría limpiado el arma.
Con la revelación de estos nuevos datos, las teorías acerca de la muerte del cantante se multiplican.
El FBI respondió en ambos casos que la mayoría de las investigaciones de homicidios suelen ser competencia de las autoridades estatales o locales y que no identificaban ninguna ninguna violación de la ley federal dentro de la jurisdicción de investigación del FBI.
El expediente también incluye un fax enviado al FBI por la empresa Cosgrove Meurer Productions, encargada de la serie documental americana 'Misterios sin resolver', que emitió un episodio sobre Cobain en enero de 1997. En el documento se asegura que "Tom Grant, un investigador privado con sede en Los Ángeles y exayudante del alguacil del condado de Los Ángeles, está convencido de que la determinación oficial de suicidio fue un juicio apresurado".
Cobain falleció seis meses después de que Nirvana alcanzara por segunda vez el número uno de las listas de ventas estadounidenses y británicas con su nuevo álbum In Utero, y después de una gira mundial que había tenido que ser cancelada debido a una sobredosis de drogas de Cobain en Roma, justo un mes antes de su fallecimiento.