El asesinato de ocho personas en una escuela de Kazán en Rusia ha sido un crimen anunciado. La policía ha detenido a Ilnaz Galyaviev, un adolescente de 19 años que días antes ya anunciaba a través de las redes sociales sus intenciones.
De acuerdo a usuarios de Telegram, antes de perpetrar la masacre que inició a las 9:20 horas (tiempo de Kazán) publicó una imagen de sí mismo en la que se proclamaba “Dios” y daba a conocer que estaba por terminar con la vida de “escorias” para finalmente arrancarse la propia.
A pesar de que“prometió” suicidarse, el joven de 19 años al final salió por la puerta principal del instituto y se entregó a las fuerzas policiacas y antiterroristas rusas que pudieron entrevistarlo y documentar sus palabras en video que se filtró a las redes sociales.
"Me di cuenta de que soy Dios. Solo me di cuenta de esto hace dos meses, no de inmediato. Entonces un monstruo comenzó a despertar en mí. Empecé a odiar a todos. Siempre he odiado a todos. Empecé a odiar aún más", declaró el joven durante el interrogatorio después de su detención.
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Así se dirigió hasta la escuela a pie; en el camino pudo ser visto por varias personas, a las que él sin dudar saludó moviendo su mano de un lado a otro como si estuviese en un tranquilo paseo dirigiéndose a las instalaciones que bien conocía, pues tan solo cuatro años atrás de ahí mismo se había graduado.
El entorno del joven detenido lo describe como un chico corriente y tranquilo. Había estudiado en la escuela que ha atacado y tras graduarse se matriculó en la universidad en la que estudiaba como informático. En abril de este año fue expulsado por deudas,
Galyaviev faltaba desde enero a sus clases saltándose prácticas y exámenes lo que le llevó a graves peleas con sus padres por lo que habría abandonado la casa familiar. Las autoridades rusas han confirmado que el joven había obtenido recientemente un permiso de armas y que en su lugar de residencia almacenaba una bomba casera y una pistola.
Las primeras investigaciones han evidenciado la falta e medidas de seguridad del centro lo que habría permitido el ataque de Galyaviev. No había guardias en el centro y el joven se paseó por las instalaciones portando un rifle en su mano sin que nadie alertara de ello.
AR