Tras el rebrote de casos de COVID-19, este lunes Irán anunció el cierre durante una semana de oficinas públicas y bancos, para intentar contener las nuevas infecciones, mismo que alcanzaría su número máximo.
Las medidas, que afectarán las provincias de Teherán y Alborz, incluyen también la prohibición de viajar desde o hacia estas dos zonas y el cierre de todos los comercios de alto riesgo, según informó el organismo encargado de la gestión de la pandemia.
La decisión coincide con la fiesta musulmana del Eid al Adha, que se celebra el miércoles en la República Islámica.
El presidente Hasan Rohani había advertido a principios de mes de una "quinta ola" en el país por la entrada de la contagiosa variante Delta.
En las últimas 24 horas, Irán registró 25.441 casos, rozando el récord de 25.582 alcanzado a mediados de abril.
El COVID-19 provocó el deceso de 87.370 personas y el contagio de 3,5 millones de acuerdo con las cifras oficiales, que las propias autoridades reconocen inferiores a la realidad.
Ahogado por las sanciones estadounidenses, Irán tiene dificultades para importar vacunas contra el covid para sus 83 millones de habitantes.
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De ellos, 6,1 millones han recibido una dosis y solo 2,2 millones disponen de la pauta completa.
Con información de AFP
JG