El Paseo del Prado y del Buen Retiro en Madrid, España, fueron declarados Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El tribunal de la Unesco y los miembros del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) han valorado las propuestas de los 25 países candidatos a entrar en la lista como bien mundial.
Esta decisión supone la inscripción del 49º hito español, y convierte a España en el país con más registros, solo por detrás de Italia y China.
Andrés Perelló, embajador de España ante la Unesco, fue el encargado de defender el proyecto y activar los resortes diplomáticos necesarios para conseguir el respaldo de dos tercios del comité, 15 votos en una cámara integrada por 21 países.
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“Es una candidatura compleja, tremendamente innovadora y quizá ahí radican los problemas para comprenderla. Hablamos del primer paseo que se abre a todas las clases sociales. Mendigos o vendedores, ambulantes, todos tenían su sitio”, señaló.
El origen del proyecto
El origen se remonta a 2014, cuando la entonces alcaldesa de la capital, Ana Botella, anunció su pretensión de presentar el eje Prado-Retiro a la lista de Patrimonio Mundial.
En abril de 2018, el Consejo de Patrimonio Histórico de la ciudad dio el visto bueno a estas intenciones. El evaluador de la Unesco visitó la ciudad durante octubre de 2019, sin embargo, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios emitió un informe desfavorable que parecía acallas las aspiraciones de Madrid.
El Ayuntamiento se mantuvo firme y defendió su postura ante el resto de los miembros durante el encuentro de la capital. Presentó una relación de medidas destinadas a minimizar el uso de transporte privado, que incluye la peatonalización de 10 kilómetros en 48 tramos de calles.