El pasado martes 28 de septiembre, Ecuador vivió su peor masacre carcelaria en la historia cuando una disputa entre grupos rivales de la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, se salió de control, provocando la muerte de 116 presos y dejando 80 heridos, según datos proporcionados por el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso.
Durante los enfrentamientos, varios de los prisioneros fueron decapitados e incluso asesinados por explosiones de granadas. Las primeras imágenes del incidente violento dejaron ver docenas de cuerpos tirados en los pabellones 9 y 10 de la cárcel, lo cual despertó alarma entre los familiares de los reclusos. Inmediatamente se dirigieron hasta el lugar de los hechos para exigir más información a las autoridades penitenciarias.
En la conferencia de prensa realizada este martes 29 de septiembre, el mandatario ecuatoriano aseguró que todas las víctimas eran personas privadas de su libertad. Elementos de seguridad que se hallaban adentro de la Penitenciaría explicaron que los disturbios comenzaron por un grupo de reos quería tomar en control de uno de los pabellones.
Ante esta lamentable situación, el presidente Lasso declaró el Estado de Excepción en todo el sistema carcelario del país. El Decreto Ejecutivo 120 señala que los militares y las fuerzas policiales pueden actuar tanto al interior como al exterior de los centros penitenciarios.
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PM