Luego del bombardeo a una cárcel de prisioneros de guerra, Ucrania y Rusia se lanzan acusaciones sobre el hecho, que dejó como saldo más de 40 muertos, esto en una zona controlada por los separatistas, presuntamente por misiles suministrados por Estados Unidos.
El Ministerio de Defensa del país gobernado por Vladímir Putin aseguró que en el ataque se usó armamento que Ucrania recibió de la nación vecina de México, en la que indicaron que Kiev busca disuadir a las tropas a deponer sus armas y rendirse, según dijo la dependencia.
Estas acusaciones mutuas ocurrieron cuando Volodímir Zelenski se encontraba de visita en un puerto de la Zona Sur de Ucrania, donde supervisaba la carga de una embarcación con cereales que serían exportados, esto dentro de un plan que la Organización de las Naciones Unidas ha respaldado.
El Ejercito ucraniano negó el haber ejecutado dicho ataque, afirmando que sus elementos no lanzaron misiles ni usaron artillería en Olenivka, donde se localizaba la cárcel, en la que la televisión rusa aprovechó para mostrar el estado en el que quedó el sitio, pero donde no mostraron a las víctimas mortales.
Así mismo, culparon a las tropas de Rusia de estar detrás del hecho, pues aseguran que buscan acusar al país de crímenes de guerra, y ser una manera de encubrir la tortura que presuntamente los rusos realizan a sus prisioneros, así como las ejecuciones que se han llevado a cabo dicha prisión.
'Rusia cometió otro horrendo crimen de guerra al bombardear un centro penitenciario en la región ocupada de Olenivka donde mantenía retenidos a prisioneros de guerra ucranianos", indicó el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba.
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CG