Este lunes el Gobierno de Filipinas elevó el tono diplomático contra Pekín, tras dos incidentes, durante el fin de semana, en los que buques chinos usaron cañones de agua contra barcos filipinos en áreas disputadas en el mar de China Meridional, acciones que Manila calificó como una "amenaza a la paz".
Teresita Daza, portavoz del Ministerio de Exteriores de Filipinas, señaló durante una conferencia de prensa, que su país ha elevado una queja diplomática contra Pekín y ha convocado al embajador chino en Filipinas, Huang Xilian, ante uno de los incidentes marítimos más graves este año.
Al mismo tiempo, China defiende su actuación, mientras es acusada de poner en peligro la paz y usar tácticas de agresión, incluidos cañones de agua y ataques acústicos, en aguas dentro de las 200 millas (370 kilómetros) de la zona económica exclusiva filipina, según la ley internacional.
Las tensiones entre ambos países han aumentado en los últimos meses, mientras el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., refuerza su alianza de defensa con Estados Unidos y revierte el acercamiento a Pekín promovido por su predecesor, Rodrigo Duterte.
La Guardia Costera china señaló el domingo que los barcos filipinos estaban violando la soberanía china y que las respuestas de los buques chinos "fueron legítimas y profesionales".
Las autoridades chinas acusaron a cuatro buques filipinos de tratar de enviar "materiales de construcción a un barco de guerra varados ilegalmente" en Ayungin (conocido como Ren'ai en China).
Por su parte, el presidente filipino denunció el domingo en X (antes Twitter) la "agresión y provocación perpetradas por la Guardia Costera y las milicias marítimas de China" contra los barcos filipinos, pero aseguró que su país continuará defendiendo su soberanía con "determinación".
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