El empresario californiano Bill Price, uno de los pasajeros que participó en una de las inmersiones del Titán, personal de OceanGate les dio una plática preparatoria de la expedición que mostró el inminente riesgo que había para que el sumergible terminara implosionado, indicó en entrevista para el New York Times.
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El informe del sumergible Titán, según un estudio que realizo el ingeniero y especialista en submarinos, José Luis Martin, revela el horror que vivieron los tripulantes cuando la nave bajó a las profundidades del Atlántico Norte para ver los vestigios del Titanic sumergido en el fondo del mar hace 111 años, y que ha sido objeto para que la empresa OceanGate oferte el turismo de aventura, que a su vez fue usado para financiar las investigaciones sobre el evento.
Cuando el pasado domingo 18 de junio el Titán se sumergió en el Atlántico para llegar a los 3 mil 800 metros de profundidad, eran las 8:00 de la mañana, y una hora y media después el sumergible dejó de comunicarse con la nave nodriza.
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El ruido que se escuchó fue el de la implosión
Durante las labores de rescate, la Guardia Costera de Estados Unidos escuchó ruidos extraños que se estimaba serían mensajes de los viajeros del Titán. Sin embargo, días después se confirmarían que se trató del sonido de la implosión del submarino donde murieron los cinco pasajeros, entre ellos el CEO de OceanGate, Stockton Rush.
De acuerdo con el experto en submarinos, los pasajeros del Titán pudieron darse cuenta de lo que iba a ocurrir en los últimos 48 segundos previos a la implosión.
Indicó el experto José Luis Martin luego de llevar a cabo una reconstrucción de los hechos, donde también concluyó que el sumergible se habría hundido de manera vertical y “sin ningún control” por al menos 900 metros, situación que llenó de terror a los cinco tripulantes que quizás sabían que iban a morir.
De acuerdo con las indagatorias, el tiempo total que empleó el submarino Titán mientras descendía en el Atlántico Norte fue de 71 segundos.
Al bajar de forma horizontal, como lo plantea la hipótesis, la cápsula del Titán pudo haber sufrido una falla eléctrica que la obligó a cambiar de posición, por ello el sumergible “se quedó sin motor y propulsión y ahí fue cuando se perdió la comunicación”, indicó el experto.
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