El gobierno venezolano ha expresado su enérgico rechazo a las recientes acusaciones por parte de la Misión Internacional Independiente de la ONU sobre Derechos Humanos, catalogándolas de "infundadas" y "ridículas".
En un informe divulgado este miércoles, la misión destacó una escalada en "la modalidad más violenta de represión" mediante la detención de opositores bajo acusaciones de conspiración.
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El canciller Yván Gil, en representación del Estado venezolano, manifestó a través de un comunicado una firme condena a las declaraciones surgidas de lo que consideró una "falsa y vergonzosa" misión, cuya presentación de un nuevo informe ha sido vista, según el gobierno de Caracas, como uno de los episodios más deshonrosos en el ámbito de los derechos humanos presenciados hasta la fecha.
Gil argumentó que las acciones de la misión violan los principios fundamentales de la Carta de la ONU, acusándola de promover una agenda de cambio de régimen dirigida por Estados Unidos.
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La presidenta de la misión, Marta Valiñas, presentó ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU un panorama preocupante en Venezuela, donde las autoridades recurren a "conspiraciones reales o ficticias" para intimidar y detener a críticos y opositores del gobierno, intensificando la represión para silenciar cualquier disidencia.
Valiñas también advirtió sobre las serias obstrucciones que comprometen la integridad de las próximas elecciones presidenciales en Venezuela, incluida la confirmación de la inhabilitación política de María Corina Machado, candidata de la oposición.
El Ejecutivo venezolano, sin embargo, ha declarado que no reconocerá ninguna de las medidas derivadas de este informe, que calificó de "adefesio", y criticó al Consejo por su supuesta inacción ante otros conflictos globales, como la situación en Palestina.
Al mismo tiempo, reafirmó su compromiso con la promoción, respeto y protección de los derechos humanos dentro de sus fronteras.
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