El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, denunció un devastador ataque ruso con misiles en la ciudad de Cherníguiv, ubicada en el norte de Ucrania, que ha causado la muerte de al menos diez personas y dejó a varias más atrapadas bajo los escombros.
A través de un comunicado en sus redes sociales, Zelenski compartió la trágica noticia y extendió sus condolencias a las familias de las víctimas.
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Hasta el momento, se reportan 20 heridos y se teme que el número de fallecidos pueda aumentar.
"Continúan las operaciones de rescate después del ataque ruso con misiles. Hay gente bajo los escombros. En este momento tenemos constancia de 20 heridos y 10 muertos", explicó el presidente ucraniano.
Este ataque es uno de los muchos que han sacudido la región, intensificando el llamado de Zelenski a la comunidad internacional por un aumento en el apoyo militar, particularmente en defensas antiaéreas.
Zelenski fue enfático al señalar la necesidad crítica de más sistemas de defensa para proteger a los civiles de los ataques aéreos rusos, alegando que la tragedia podría haberse evitado con un soporte adecuado.
"Esto no sucedería si Ucrania recibiera suficientes medios de defensa antiaérea, y tampoco si el mundo tuviera la suficiente determinación para hacer frente al terror ruso", afirmó.
El líder ucraniano subrayó la capacidad de su nación para "parar el terror” de Rusia y "proteger” a sus ciudadanos, siempre que sus aliados internacionales muestren un "compromiso suficiente”.
El ataque específico en Cherníguiv involucró tres misiles que impactaron directamente en áreas densamente pobladas, una ciudad que antes de la invasión a gran escala de Rusia contaba con casi 300 mil habitantes.
Esta ciudad se encuentra próxima a la frontera con Bielorrusia, una ubicación estratégica que ha visto incrementada su vulnerabilidad en el contexto del conflicto.
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