Desde el martes 25 de junio de 2024, los rumores sobre la posible destitución del jefe militar de Bolivia, Juan José Zúñiga, inundaron los medios.
Zúñiga, quien había liderado el Ejército boliviano desde 2022, se destacó por su firme oposición al posible retorno de Evo Morales al poder, en un contexto donde Morales y el presidente Luis Arce compiten por el liderazgo del partido oficialista de cara a las elecciones presidenciales de 2025.
Noticia destacada
Detienen a Juan José Zúñiga, antiguo comandante del Ejército en Bolivia tras intento de Golpe de Estado
El lunes, en una entrevista televisiva, Zúñiga afirmó que detendría a Morales si insistía en postularse a la presidencia el próximo año.
Esta declaración fue un preludio sorprendente a los eventos que siguieron, ya que Zúñiga intentó este miércoles 26 de junio un golpe de estado contra Arce.
Al ser arrestado, el general declaró a la prensa que el presidente Arce le había pedido el domingo "preparar algo" para mejorar su popularidad, alegando que "la situación está muy jodida" y que necesitaba una acción favorable.
Implicación de altos mandos militares
Juan José Zúñiga no estaba solo. La noche del miércoles, la policía boliviana arrestó a un segundo jefe militar, Juan Arnez Salvador, comandante de la Armada Boliviana, acusado de terrorismo y alzamiento armado.
En una conferencia de prensa, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, presentó a ambos militares esposados, y los describió como "dos militares golpistas que intentaron destruir la democracia y la institucionalidad de nuestro país y fracasaron".
Del Castillo detalló que Zúñiga y Arnez estaban en el interior de una tanqueta militar que intentó derribar las puertas del Palacio de Gobierno en la plaza de Armas de La Paz, donde Arce tiene sus oficinas.
Tras estos eventos, el gobierno destituyó a Zúñiga y Arnez de sus cargos, nombrando nuevas autoridades en sus lugares.
Reacciones de Evo Morales
En respuesta a los acontecimientos, el expresidente Evo Morales, líder del Movimiento al Socialismo (MAS), suspendió las movilizaciones que había convocado.
Morales comunicó en sus redes sociales que, tras el repliegue de un pequeño grupo de militares en la plaza Murillo y el restablecimiento de la calma en la sede del Gobierno, decidió suspender las protestas.
Además, Morales agradeció las expresiones de solidaridad y apoyo a la democracia boliviana provenientes de presidentes, líderes políticos y sociales de todo el mundo.
Hizo un llamado a que todos los involucrados en este intento de golpe sean detenidos y juzgados, reafirmando su compromiso con la justicia y la democracia en Bolivia.
Estos eventos marcan un momento crítico en la política boliviana, especialmente con las elecciones presidenciales de 2025 en el horizonte.
La firme oposición de Zúñiga al regreso de Morales y su implicación en el golpe fallido subraya las tensiones internas dentro del partido oficialista y el país en general.
La reacción de Morales, desconvocando manifestaciones y solicitando justicia, apunta a un intento de estabilizar la situación y mantener la cohesión dentro del MAS.
IO