Chile vivió este martes uno de los apagones más grandes de su historia, dejando sin electricidad al 80 por ciento de los usuarios en todo el país.
La falla en una importante línea de transmisión en el norte provocó una desconexión en cadena, afectando millones de hogares, el tráfico, la actividad bancaria, la minería y otros sectores clave.
Ante la magnitud del incidente, el gobierno del presidente Gabriel Boric decretó estado de excepción por catástrofe y estableció un toque de queda de 22:00 a 06:00 horas, aplicable desde Arica hasta Los Lagos.
El presidente Boric responsabilizó a la empresa privada del colapso eléctrico, calificándolo de “indignante” y exigiendo una investigación para determinar responsabilidades. “No es tolerable que, por la negligencia de una o varias empresas, se afecte la vida de millones de chilenos”, afirmó.
El Coordinador Eléctrico Nacional informó que la falla se debió a una “operación no deseada” que desestabilizó el sistema, obligando a desconectar varias centrales generadoras. Durante la noche, el suministro comenzó a restablecerse en Santiago, Arica, Chillán y Concepción, aunque de manera intermitente.
El apagón también causó la suspensión del Festival de Viña del Mar, paralizó el Metro de Santiago y afectó el tráfico aéreo. Aunque los hospitales operaron con normalidad, el gobierno decidió suspender clases en todo el país, incluso si la electricidad se restablece completamente.
IO