Internacional

Casa Blanca rechaza devolución de la Estatua de la Libertad a Francia

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que la Estatua de la Libertad no será devuelta a Francia, respondiendo a las críticas de políticos europeos y resaltando la histórica alianza entre ambos países.
Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca / AP

Este lunes 17 de marzo en la Casa Blanca hubo respuesta a la controversia internacional generada por las recientes declaraciones de algunos parlamentarios franceses que instaban a devolver la Estatua de la Libertad a Francia.

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dejó claro que Estados Unidos no contempla ninguna posibilidad de regresar este emblemático monumento. “Por supuesto que no”, afirmó Leavitt, subrayando la firmeza de la administración estadounidense en mantener el legado que simboliza la libertad y la democracia.

Leavitt se mostró particularmente crítica cuando respondió a un comentario de un parlamentario francés no identificado, al cual calificó de "de bajo nivel".

“Mi consejo para ese político sería recordarle que es solo gracias a los Estados Unidos de América que los franceses no están hablando alemán en este momento; por lo tanto, deberían estar muy agradecidos con nuestro gran país”, añadió, destacando la importancia de la colaboración y la amistad entre ambas naciones.

Donald Trump espera que Vladimir Putin acepte tregua con Ucrania.

Noticia Destacada

Trump asegura que Putin aceptará un alto el fuego Ucrania

La polémica se intensificó tras las declaraciones del político de centroizquierda del Parlamento Europeo, Raphaël Glucksmann, quien criticó la situación actual en Estados Unidos y sugirió que el país ya no representa los valores que llevaron a Francia a ofrecer la estatua en 1884.

Glucksmann propuso, de manera sarcástica, que se le devuelva la Estatua a los franceses, señalando que “se la regalamos, pero por lo visto la desprecian. Así que estará bien aquí en casa”.

Históricamente, la Estatua de la Libertad fue diseñada por el escultor francés Auguste Bartholdi y fue entregada a Estados Unidos el 4 de julio de 1884 como un regalo de amistad con motivo del centenario de la Declaración de Independencia.

Este símbolo ha permanecido como un ícono de libertad y esperanza en el mundo, y cualquier intento de modificar su legado genera tensiones en el ámbito diplomático.

La respuesta de Leavitt reafirma la postura de la administración estadounidense de preservar este símbolo, marcando una línea clara en contra de cualquier iniciativa que pretenda alterar la historia y la tradición que ha unido a Francia y Estados Unidos durante más de un siglo.

IO