
La salud del Papa Francisco, hospitalizado desde el 14 de febrero por una neumonía bilateral, se mantiene estable y presenta algunas pequeñas mejorías, según informaron este viernes fuentes del Vaticano.
El pontífice, de 87 años, sigue recibiendo tratamiento farmacológico, fisioterapia respiratoria y motora, aunque continúa bajo observación médica estricta.
De acuerdo con los reportes, se ha logrado suspender la ventilación mecánica no invasiva que utilizaba por las noches y el suministro de oxígeno de alto flujo ha comenzado a reducirse de forma gradual, tras 36 días de hospitalización.
Durante esta etapa, el papa ha limitado sus actividades públicas. El tradicional ángelus dominical seguirá realizándose por escrito, como ha ocurrido en las últimas cinco semanas.
Asimismo, no ha recibido nuevas visitas, salvo sus colaboradores más cercanos para labores de trabajo ligeras.
Por ahora, el Vaticano no ha emitido un parte médico oficial ni ha definido cuándo será dado de alta. Tampoco se ha tomado una decisión definitiva sobre su participación en las ceremonias de la Semana Santa, una de las más importantes del calendario litúrgico católico.
Medios internacionales han especulado sobre la existencia de un “plan B” que permitiría que cardenales designados presidan los ritos en nombre del papa, en caso de que no se recupere a tiempo. La Santa Sede, sin embargo, no ha confirmado esta alternativa.
El estado de salud del pontífice es seguido de cerca por millones de fieles en todo el mundo, en medio de un clima de cautela y oración.
IO