El Estado Mexicano expuso “su seria preocupación ante el grave quebrantamiento del orden constitucional en Bolivia, un Estado miembro de esta Organización donde ha sucedido un golpe de Estado, que México condena enérgicamente”
WASHINGTON, Estados Unidos, 12 de noviembre.- Ante la Organización de Estados Americanos (OEA) el gobierno mexicano rechazó “categóricamente” el Golpe de Estado contra el gobierno del expresidente de Bolivia Evo Morales y demandó a los Estados miembro de este organismo multilateral a acompañar a la nación sudamericana “sin tentaciones de intervención”.
Durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, por conducto de la embajadora Luz Elena Baños, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador indicó que deben quedar atrás “los días aciagos y dolorosos donde las fuerzas armadas deponían y sostenían gobiernos”.
En la sesión extraordinaria convocada de manera urgente por el gobierno mexicano, el Estado Mexicano expuso “su seria preocupación ante el grave quebrantamiento del orden constitucional en Bolivia, un Estado miembro de esta Organización donde ha sucedido un golpe de Estado, que México condena enérgicamente”.
La Representante Permanente de México ante la OEA expuso a sus contrapartes que los países miembro de este organismo interamericano tienen una alta responsabilidad de acompañar a Bolivia en estos momentos de profunda crisis, “y debemos hacerlo de manera objetiva, responsable y respetuosa de su soberanía y su autodeterminación”.
La diplomática hizo un recuento sobre los eventos que ocurrieron en el país sudamericano. Tras darse a conocer el reporte preliminar de la OEA sobre el reciente ejercicio de auditoría del proceso electoral en Bolivia, el entonces Presidente Evo Morales propuso que se realizaran nuevas elecciones. Después de ello, el ejército de dicha nación pidió la renuncia del presidente, quien resolvió presentarla para evitar la violencia de una destructiva guerra civil.
“Consideramos que las presiones que Evo Morales recibió por parte de las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad del país configuran elementos de un escenario de golpe de Estado, lo que México rechaza categóricamente”, remarcó la Representante Permanente de México ante la OEA.
Añadió que el expresidente Morales renunció en aras de pacificar a su país y poner un alto a la violencia que venía incrementándose en los últimos días, situación que aún continúa. “Una decisión sin duda difícil para un mandatario que trabajó de manera decidida para traer justicia social a su país, sobre todo a favor de las personas más vulnerables, de los indígenas como él, y logró un crecimiento económico importante, por encima del resto de la región, cuestión innegable”.
En este contexto, México –agregó– respeta la decisión de Morales y espera que así se evite la continuidad de la confrontación y la violencia y se garantice el efectivo derecho del pueblo boliviano a la paz y el ejercicio de su democracia. “Reiteramos en este foro el rechazo a la violencia. Deben evitarse mayores daños y posibles pérdidas de vidas humanas”.
La Embajadora expuso asimismo la condena a los ataques contra las representaciones diplomáticas, en este caso, en Bolivia. “Enfáticamente subrayamos la inviolabilidad de dichas misiones, conforme a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, y recordamos a las autoridades su obligación de proteger los locales de dichas misiones contra toda intrusión o daño, evitando que se perturbe su labor o se atente contra su dignidad”.
En esta reunión reiteró que por razones humanitarias, de acuerdo con el derecho internacional y nuestro propio marco constitucional, México, de conformidad con su tradición de asilo y no intervención, ha recibido a un grupo de personas del ejecutivo y legislativo de Bolivia en su sede diplomática en La Paz.
De igual manera el Gobierno de México decidió “soberanamente conceder asilo político al expresidente Evo Morales, cuya vida y seguridad se encontraban en riesgo derivado de las manifestaciones de violencia en su contra”.
La embajadora Luz Elena Baños hizo hincapié en la falta de un pronunciamiento profundo por parte de la Secretaría General de la OEA, a cargo de Luis Almagro frente a a los graves acontecimientos que se precipitaron el domingo 10 de noviembre.
“El secretario general, que despliega una constante e inusitada actividad mediática ha permanecido también sorpresivamente callado”, con excepción de un comunicado del 10 de noviembre, ante el desbordamiento de la violencia y el peligro en el que se encuentra la vida de muchas personas, sin atribularse demasiado, al menos públicamente, para proteger con urgencia la democracia y los derechos humanos. Nos preguntamos, ¿cuáles son sus prioridades, cuáles son sus preocupaciones, cuáles son sus responsabilidades y sus urgencias?”, cuestionó la embajadora.
La representante de Bolivia –un Estado que no tiene gobierno desde la salida de Morales– recordó que “el rol del Secretario General y la OEA es convocar a la pacificación y no a la confrontación”, y sostuvo que “el fraude, la segunda vuelta, las nuevas elecciones, la auditoría, solo fueron excusas para consumar la ruptura del orden constitucional y destituir al presidente Morales”.
La delegación mexicana también expresó su “profunda consternación” y condenó “enérgicamente” los sucesos de Bolivia, pues consideró que “las presiones que Evo Morales recibió por parte de las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad del país configuran elementos de un escenario de golpe de Estado”
Tras recordar que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador otorgó asilo a Morales, la embajadora Baños denunció el silencio de Luis Almagro y cuestionó su imparcialidad.
“El Secretario General, que despliega una constante e inusitada actividad mediática ha permanecido también sorpresivamente callado (…) ante el desbordamiento de la violencia y el peligro en el que se encuentra la vida de muchas personas, sin atribularse demasiado, al menos públicamente, para proteger con urgencia la democracia y los derechos humanos. Nos preguntamos, ¿cuáles son sus prioridades?”, lanzó la diplomática.
El gobierno de Uruguay, por su parte, resaltó su “preocupación” en “momentos en que América Latina parecía haber conjurado el maleficio que le condenaba a la violencia y a los golpes de Estado, que avasallaban con frecuencia el orden constitucional”.
“¿Desde cuándo una sugerencia de las fuerzas policiales y militares puede ser realmente considerada como tal? El eufemismo, en este caso, parece una burla”, señaló el representante de Uruguay, quien recordó que Morales convocó a nuevas elecciones el sábado pasado, cuando la misión electoral de la OEA publicó sus observaciones preliminares sobre las irregularidades.
“Acá hay un doble trasero que se aplica en detrimento de las formas y las instituciones, de acuerdo a las simpatías o antipatías del signo ideológico que se profesa; aprobando aquí lo que se desaprueba allá, o la inversa. A consecuencia, hoy (Morales) se encuentra en el exilio, y el poder de hecho, y no de derecho, se sustenta en la fuerza de las armas”, deploró.
El gobierno hondureño participó en el bloque que aplaudió la renuncia de Morales, y ello a pesar de que su presidente, Juan Orlando Hernández, consiguió la reelección después de un “apagón” del sistema informático y de un llamado de la misión electoral de la OEA a repetir el proceso electoral, al igual que lo ocurrido en Bolivia. A pesar de ello, Washington reconoció su triunfo.
Durante su alocución, el representante del gobierno de Estados Unidos recordó las declaraciones de Trump, quien aplaudió ayer la renuncia de Morales y advirtió que ésa representa un mensaje para los “gobiernos ilegítimos” de Nicolás Maduro en Venezuela y de Daniel Ortega en Nicaragua.