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CIUDAD DE MEXICO, 18 de noviembre (Infobae).- Raúl Rodríguez labora desde hace casi 20 años en la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de los Estados Unidos como un agente de migración, ha trabajado en la Armada e incluso viajó cinco veces en servicio de las Fuerzas Armadas de su país, donde vive hace más de 50 años. Es un experto en el tema. Sin embargo, ahora es él quien se encuentra como el protagonista de su propio proceso.

Todo comenzó cuando Rodriguez intentó llevar a su hermano, originario de la ciudad de Matamoros, en Tamaulipas, fronteriza con Estados Unidos, al norte de la frontera con México.

Como agente de la CBP desde el año 2000, Rodriguez conoce con detalle los pasos a seguir para poder obtener una visa, o un permiso de asilo. Sin embargo, cuando el litigio estaba por finalizar, todo cambió a causa de un acta de nacimiento y un secreto familiar que salió a la luz.

Los Servicios de Migración y Ciudadanía de los Estados Unidos habían requerido los papeles del hermano de Raul, una de las últimas fases del proceso. Entonces, Rodriguez recibió una llamada. Era la Oficina del Inspector General (OIG).

“Me presentaron un certificado de nacimiento de México y me preguntaron si alguna vez lo había visto. Les dije que no”, expresó a la cadena KRGV, de Rio Grande, en Texas. El documento llevaba su nombre, no el de su hermano. “Me preguntaron si era mío y contesté que sí”, añadió.

El certificado tenía una fecha anterior al que hasta entonces pensaba era su único y verdadero certificado de nacimiento, en Estados Unidos. Ahora, el oficial que decidía si una persona podía entrar o no al país estaba en manos de personas como él. La OIG comenzó una investigación.

Rodríguez pasó de ser un ciudadano estadounidense a un sospechoso de haber fingido su propio lugar de nacimiento y haber mentido con ello al gobierno de Estados Unidos, a pesar de haber servido durante varias décadas en diferentes puestos, en la milicia y en lo civil.

La última esperanza de Rodríguez era su padre, con quien había dejado de tener contacto. En la investigación de la OIG, el hombre fue entrevistado por oficiales de migración. El hijo le pidió que dijera la verdad y entonces confesó que en realidad había nacido en México. “Fue devastador, porque yo sabía qué era lo que seguía”, contó Raul.

La primera consecuencia fue su trabajo: Rodríguez perdió su puesto en el CBP y la investigación continuó. Sin embargo, después de varios meses de investigaciones, la OIG confirmó que el hombre nunca supo de su verdadero origen y no había delitos qué procesar cuando intentó conseguirle una residencia a su hermano.

Con ese pequeño triunfo, Rodríguez se dedicó a aplicar por una residencia para sí mismo, después de que el proceso quedara descartado para su hermano. Esto ocurrió, de acuerdo con medios locales, hace más de un año y medio, pero la situación sigue en el aire.

Mientras Rodríguez espera, el desempleo ha golpeado a su familia. “Tuve que refinanciar mi hogar, para poder consolidar toda la deuda para que mi esposa pudiera realizar los pagos y no quedarnos en la calle”, explicó.

La mujer también trabaja como agente de migración, pero la familia necesita de los dos trabajos para poder mantener la calidad de vida que tenían hasta que descubrieron que el hombre no había nacido en tierras estadounidenses.

Ahora, el agente que decidía sobre otros vive con miedo. “Cada vez que veo a un policía, me pongo nervioso. Igual me pasa cuando veo a un agente fronterizo. Es gente con la que trabajé, y ahora les tengo miedo”, confesó.

“Las políticas de migración de esta administración están enfocadas en la deportación y afectan directamente a gente inocente que se merece estar aquí”, sentenció, en referencia al gobierno de Donald Trump para el que hasta hace poco trabajaba y que, desde su campaña presidencial, ha puesto a la migración como uno de los temas más importantes para el país.

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