SOLEDAD ATZOMPA, Veracruz, 25 de febrero (Blog Expediente/SinEmbargo).- “Nos van a matar, pero [nuestros familiares] van a venir por ustedes”, gritaba amenazante uno de los presuntos secuestradores que pedían perdón a la turba que los torturaba, la noche del jueves 21, en una localidad de Soledad Atzompa, tras haber sido detenidos por policías, cuando pretendían llevarse a dos maestros rurales.
Este domingo, cuatro de los linchados fueron identificados y entregados a sus familias; dos eran menores de edad, y aparentemente estaban relacionados con un grupo de secuestradores y el presunto líder de un grupo delictivo, Roberto de los Santos de Jesús, mejor conocido como “El Bukanas”.
En medio del terror y la zozobra que se vive en el municipio de Soldad Atzompa, dos días después del linchamiento, una veintena de patrullas y hasta una tanqueta resguardaron la llegada tardía del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez a la zona de conflicto, donde se encerró por más de tres horas con las autoridades locales, pobladores y guardias comunitarias, a quienes prometió reforzar la seguridad con las fuerzas federales y asignar nuevas patrullas.
Horas antes, fueron identificados cuatro de los seis presuntos delincuentes que entre el jueves y el viernes fueron golpeados, apedreados, baleados y quemados por la turba de más de 500 pobladores de varias localidades.
Cuatro de los seis sujetos linchados y asesinados fueron identificados como: Carlos Manuel Alonso Santos y Jesús Ángel Soriano Santos, ambos de 17 años y vecinos de la localidad Sierra de Agua, en Acultzingo. El primero campesino y el segundo trabajador de una panadería, de la colonia El Águila, de Nogales.
También fueron reconocidos: Gerardo Serrano Cruz y Ángel Gustavo Rodríguez de Jesús, de 20 y 26 años, el primero albañil, domiciliado en Acultzingo, y el segundo originario de Puebla, donde laboraba como chofer de tráileres de la compañía Jasan Logistics.
Los hoy finados estarían relacionados con Roberto de los Santos de Jesús, alias “El Bukanas”, identificado como líder del cártel Sangre Nueva Zeta, y ex elemento de la Policía Municipal de Acultzingo, por quien las autoridades ofrecieron el año pasado una recompensa de hasta 5 millones de pesos.
Versiones de pobladores dieron a conocer que tras los linchamientos, por su seguridad, la mayoría de los habitantes no han querido salir a otros municipios como Ciudad Mendoza, Nogales, Río Blanco y Acultzingo, debido a que temen una posible venganza de los familiares de las víctimas.
A través de las redes sociales, varias personas avalaron el actuar del pueblo, al señalar que los delincuentes ya se habían “pasado de la raya”, pues no conformes con asaltar tráileres y trenes, ahora habían encontrado su “modus vivendi” en el secuestro de maestros rurales.
Ante el grado de indignación, algunas personas arremetieron también contra los familiares de las víctimas, que lloraron por sus muertos -según publicaciones que hicieron en Facebook-, al comentar que “ya sólo falta que exijan una indemnización”, y “si quieren indemnización, que suban -a la sierra- y vamos a darles”, señaló uno de los usuarios.
“Van a venir por ustedes”
”Nos van a matar, pero -nuestros familiares- van a venir por ustedes”, gritaba uno de los cuatro sujetos mientras era atacado por una turba, la tarde del jueves 21, tras haber sido capturados, cuando trataban de secuestrar a dos maestros.
Eran cerca de las 6 de la tarde cuando unos 500 habitantes de Soledad Atzompa decidieron terminar con el flagelo que desde el año pasado los venía asolando; en menos de 24 horas, sin miramientos, mataron a seis presuntos secuestradores que operaban en la sierra.
Horas antes, los hoy finados habían llegado en dos automóviles y una camioneta de lujo, todos con reporte de robo en la zona de Acultzingo y Balastrera.
Según manifestaron mientras eran sometidos, iban con la intención de llevarse a dos maestros que acababan de salir de dar clases.
Tras una persecución a balazos por la carretera Acultzingo-Soledad Atzompa, en la que un policía resultó lesionado, cuatro presuntos secuestradores fueron detenidos cerca de la comunidad Tetlalzinga, aunque otros dos escaparon.
Los pobladores se organizaron y llegaron al lugar, donde les quitaron a los detenidos a la Policía, para lincharlos.
Refieren testigos que mientras el pueblo sometía a los infractores, varios hombres, algunos encapuchados y otros cubiertos del rostro con paliacates, consiguieron cervezas y aguardiente para estar tomando mientras observaban el castigo.
Contaron que al primero que torturaron le sacaron los ojos, a otro le pegaron con una piedra en la cabeza, hasta destrozarle parte del cráneo, y luego, con una pistola que quien sabe de dónde salió, le dieron de balazos en la cabeza a otros dos. Los hechos habrían sido grabados por varios de los espectadores, que con mucha reserva los guardaron y que ahora son buscados por las autoridades, como parte de las investigaciones.
Luego, como si fuera un ritual, el pueblo sediento de justicia les arrimó basura y unas ramas secas, para prenderles fuego, uno de los cuerpos se calcinó casi por completo. Los otros quedaron completos. Uno quedó boca abajo, solo con la ropa interior, y maniatado hacia la espalda; otro, boca arriba, tirado sobre el pavimento, con una señal de vialidad sobre su cuerpo.
Fue hasta cerca de las 22:00 horas cuando el pueblo enardecido dejó entrar a las autoridades, varias patrullas de la Policía Estatal y la Fuerza Civil, así como personal de la Fiscalía que, en medio de la situación tensa, tuvieron que ingresar a tomar conocimiento de los hechos y llevarse los cuerpos. Al día siguiente, los agresores encontraron a otros dos delincuentes escondidos en una alcantarilla y tras golpearlos, también los asesinaron.
El hecho causó conmoción a nivel nacional e internacional. Soledad Atzompa es uno de los 10 municipios de la Sierra de Zongolica, que por décadas ha padecido pobreza extrema porque los gobiernos se olvidaron de ellos.
El 19 de febrero, dos días antes de que el pueblo decidiera hacer justicia por propia cuenta, había sido secuestrado el profesor de preescolar Sergio Heriberto Domínguez Cid, ex Alcalde de Tequila, otro municipio enclavado en la Sierra de Zongolica; cuando regresaba de dar clases en un Jardín de Niños de la comunidad de Poxcautla, fue plagiado por sujetos armados que posteriormente le exigieron a su familia un rescate de 10 millones de pesos por su liberación.