De acuerdo con la ambientalista Verónica Mastretta, la densa espuma se genera por las descargas del río Atoyac a la presa de Valsequillo. Incluso, mencionó que no se nota esta masa debido a que normalmente está al otro lado de la compuerta.
Puebla, 23 de julio (Central).- El cuerpo de Juan Ignacio Mendoza Aguirre , el empresario inmobiliario que cayó en un canal de la presa de Valsequillo cuando se sacaba una selfie en la espuma tóxica de más de dos metros que se formó en el sitio debido a la contaminación, será buscado hasta la zona de Tecamachalco y municipios aledaños en donde continúa el afluente.
Como Central informó la tarde de este 22 de julio, la búsqueda de los restos de Juan Ignacio se suspendió debido a que en la zona ya no se le encontró ; por lo fuerte de la corriente del canal es probable que sea localizado hasta el dren de Valsequillo en los municipios de Tecamachalco, Tochtepec y Tepeyahualco.
Juan Ignacio acudió el día domingo 21 de julio con otra asesora inmobiliaria, identificada como Paola, al área colindante del municipio de Cuautinchan en donde tenía a la venta terrenos cercanos a este canal de Valsequillo.
Paola, de 29 años de edad, y Juan Ignacio, de 32, no se conocían sin embargo por negocios quedaron de verse y supervisarían la zona. Alrededor de las 16:30 de la tarde se detuvieron en la zona cuando vieron la pared de espuma que se formaba en el lugar.
La espuma llega a los dos metros de alto debido a que en el lugar el afluente de agua toma fuerza con la que corre por el canal y genera esta masa blanca debido a todos los residuos de jabón y otros contaminantes. La espuma por lo tanto es tóxica y se vuelve un peligro para la salud de acuerdo a lo comentado por especialistas.
Juan Ignacio desconocía totalmente que la espuma era tóxica y pidió a su compañera que le tomara una foto con la espuma pero posteriormente cayó al canal y la espuma cubrió el auto. Paola no supo qué hacer así que caminó por varios kilómetros hasta que pudo pedir apoyo.
Alrededor de las 17:30 horas de la tarde llegaron los primeros miembros de los cuerpos de auxilio, quienes comenzaron con la búsqueda hasta las 22:00 horas de la noche cuando decidieron suspender debido a que se tornaba complicada la búsqueda.
Al principio, los rescatistas usaron ramas para tratar de remover la espuma tóxica que cubría la zona pero fue necesario que solicitaran el apoyo de pipas de agua y ventiladores. El personal de emergencia aplicó chorros de agua a presión para dispersar la espuma.
La mañana de ayer, 22 de julio, continuaron la búsqueda del cuerpo de Juan Ignacio, sin éxito. Fue hasta la una de la tarde que encontraron el vehículo donde viajaba el hombre, un Suzuki Swift gris, con placas UAX4524, en el que llegaron al lugar Paola y Juan Ignacio.
De acuerdo con el Director de Protección Civil Municipal de la capital de Puebla, Gustavo Ariza Salvatori, las labores se suspendieron esta tarde y pedirían el apoyo de cuerpos de auxilio de otros municipios por donde pasa el canal para estar pendientes de la localización del cuerpo de Juan Ignacio.
LA NUBE
La densa espuma que cubrió parte de la presa de Valsequillo en el estado de Puebla es una cámara de gas por todos los componentes químicos que contiene y además, se ha formado de manera permanente desde hace 5 años sin que las autoridades que han pasado por los distintos niveles de gobierno hayan hecho algo, reveló la ambientalista Verónica Mastretta Guzmán.
Este lunes 22 de julio, los poblanos se alertaron por la densa capa de espuma que se extiende por el lago de Valsequillo, tras la desaparición de Ignacio.
En entrevista con Central, Verónica Mastretta quien pertenece a la asociación civil Dale la Cara al Atoyac —que lucha por salvar al tercer río más contaminado de México— explicó que esta pared de densa espuma existe desde hace 5 años y se genera justo en la compuerta por la que se descarga el afluente a la presa.
Esta espuma ha estado ahí todo el tiempo, solo que estaba del otro lado de la compuerta. Se genera por la descarga del agua que va agitando el jabón y todo lo que trae el río, por eso es que se hace así”.
La especialista en temas de medio ambiente aseguró que esta espuma es irrespirable y puede resultar muy tóxica, debido a todos los componentes químicos que contiene dicha pared como el Fosfato.
Incluso, mencionó que se deberían de cambiar las leyes mexicanas para exigir a las empresas que al menos produzcan jabones biodegradables, pues todas estas sustancias se convierten en “alianzas perversas” que dañan el medio ambiente y la salud de las personas y la fauna que habita en el lugar.
Verónica Mastretta informó que desde hace 5 años Dale la Cara al Atoyac ha documentado las paredes de espuma que se forman en las compuertas de la presa de Valsequillo y mencionó que éstas tienen sus picos pues hay horas y días en los que están más fuertes.
LA CAPA DE ESPUMA
Algunos de los bomberos y personas que estuvieron en las labores de rescate de Ignacio, refirieron que al estar en el lugar empezaron a sentirse mareados, con náuseas y algunos de ellos por momentos sintieron que iban a perder el conocimiento.
Y es que la densa espuma tapizó varios metros de distancia sobre el canal que va de la compuerta de la presa hasta el vaso. También se expandió hacia lo alto, era como una densa bruma salida de una película de terror o una serie de ficción.
DESCARGAS EN PUEBLA
El responsable del Proyecto de Geociencias Aplicadas de Sustentabilidad de la BUAP, Ignacio Muñoz Máximo, reveló que en apenas 7 kilómetros de su recorrido por la ciudad de Puebla, el río Atoyac es contaminado por 319 puntos de descargas tóxicas, las mismas que van a parar a Valsequillo.
CONTAMINACIÓN CAUSA CÁNCER
El 21 de marzo de 2017, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) advirtió que la contaminación del Atoyac es causante de diversas enfermedades en la población que vive a la orilla del cuerpo del agua, específicamente cáncer.
Por esa razón, emitió una recomendación a los estados de Puebla y Tlaxcala para que atiendan el problema de salud pública que se ha generado. Para documentar la situación, incluyó distintas investigaciones de instituciones como la UNAM, la Cofepris y Conagua, el Instituto Nacional de Salud Pública, entre otras, en las que se advierte del riesgo sanitario en el que se encuentran las poblaciones de Tlaxcala y Puebla que se ubican sobre la rivera de tercer río más contaminado de México.