COATZACOALCOS, Ver., 24 de julio (Sayda Chiñas Córdova, corresponsal de POR ESTO!).- Los migrantes centroamericanos que circulan por el país han cambiado sus rutas por el sureste, colocándose en caminos que son aún más peligrosos para ellos, confirmó la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Coatzacoalcos.
Joel Ireta Munguía, sacerdote encargado de la pastoral, indicó que los operativos que se están realizando por el Gobierno Federal han generado un cambio en los patrones de tránsito de los migrantes.
Expuso que este muro que se colocó en la frontera sur para frenar el avance de los migrantes, los manda a buscar nuevas rutas, donde quedan a merced de grupos delincuenciales.
Anotó que un viaje por la frontera sur hasta Coatzacoalcos lo hacían en 8 días y ahora se llevan hasta 16, para poder evadir todos los retenes de la Policía Federal y militares que fueron instalados para detenerlos.
Relató que en la casa del migrante reciben familias completas que llegan enfermos o deshidratados, ya que tuvieron que transitar por rutas con climas más extremos o que están lejos de áreas pobladas, por eso no pueden obtener apoyo.
El prelado reprobó que el país está formando un muro policiaco que antes le criticó a las autoridades de Estados Unidos, violando el derecho de migrar de muchas personas que viven situaciones de violencia o pobreza.
El activista dijo que por tal motivo las familias migrantes llegan extenuadas a los puntos de resguardo, deshidratados, enfermos, asaltados porque corren riesgos mucho mayores en el camino alterno.
Ireta Munguía dijo que el país tiene que ser coherente y tratar bien a los migrantes centroamericanos, ya que entonces no se podrá elevarse la voz cuando los mexicanos sean maltratados en los operativos que realizan en ese país.