MARSH HARBOUR, Bahamas, 7 de septiembre (AFP/REUTERS).- Bahameños que lo perdieron todo tras el paso del devastador huracán Dorian intentaban este sábado escapar de las islas más afectadas, donde la tormenta dejó al menos 43 muertos, una cifra que las autoridades esperan aumente “significativamente”.
Aviones, helicópteros y barcos tanto privados como gubernamentales, e incluso cruceros, convergían en las terriblemente maltratadas islas Ábaco para ayudar con las evacuaciones, tanto hacia la capital bahameña de Nassau como a Estados Unidos.
Miles de kilómetros al norte, Dorian comenzaba a hacerse sentir en las costas de Canadá, con vientos de 155 km/h que ya derribaban árboles y arrojaban escombros. Se esperaba que el huracán de ahora categoría 2 toque tierra la noche de este sábado cerca de la ciudad portuaria de Halifax.
En tanto en las Bahamas, residentes describieron las condiciones brutales que enfrentan los que aún están en las islas, donde el olor de los cuerpos aún por recuperar, junto con los montones de basura que se acumulaban rápidamente, era opresivo y antihigiénico.
En el pequeño aeropuerto de Marsh Harbour, destruido en parte por Dorian pero con la pista aún transitable, cientos de personas aguardaban este sábado para volar a Nassau.
“Ha pasado casi una semana, la gente no tiene comida ni agua. Los cuerpos siguen tirados, no es saludable quedarse aquí”, dijo a la AFP Chamika Durosier, quien salió a respirar aire fuera del aeropuerto para escapar del mal olor de los inodoros, que no pueden descargar por falta de agua.
“Algunos duermen aquí tres o cuatro días ya que la cantidad de lugar en los aviones es limitada”, prosiguió, aún conmocionada por el impacto del huracán que derrumbó el techo de su casa sobre ella y su hija.
En Freeport, miles de personas hacían fila en el puerto con la esperanza de abordar un barco de la línea de cruceros Paradise que ofrecía pasajes gratuitos a Florida.
El Primer Ministro Hubert Minnis confirmó la cifra de 43 fallecidos, precisando que 35 murieron en las islas Ábaco y otros ocho en Gran Bahama.
Con muchos desaparecidos, “se espera que este número aumente de manera significativa”, advirtió su portavoz Erica Wells Cox. El ministro de Salud, Duane Sands, había dicho que la eventual cifra final de muertos será “impactante”.
“Cientos y hasta miles de personas, literalmente, están desaparecidas aún”, dijo a CNN Joy Jibrilu, director general del Ministerio para el Turismo y la Aviación de Bahamas.
Mientras, las autoridades realizaban labores para atender los cuerpos de los fallecidos y contabilizar los desaparecidos.
En Marsh Harbour trabajadores de la morgue con trajes blancos, guantes azules y máscaras cargaban en camiones cadáveres metidos en bolsas verdes.
Miles de personas quedaron sin hogar en Gran Bahama y Ábaco, y muchos expresaban su frustración con la lentitud de la ayuda.
“No hay estaciones de combustible, no hay almacenes de comida, mi trabajo no existe”, dijo Melanie Lowe de Marsh Harbour, cuya casa estaba parcialmente destruida.
Según la ONU, más de 70,000 personas, prácticamente toda la población de Gran Bahama y Ábaco, necesitan ayuda.
Este sábado se esperaba la llegada a las islas de un cargamento del Programa Mundial de Alimentos de la ONU con 15,000 comidas y toneladas de equipamiento.
La Guardia Costera de Estados Unidos y organizaciones privadas han trasladado a habitantes de Ábaco y otras islas a Nassau.
El esfuerzo internacional, que también incluye la Marina Real británica y varias ONG’s, ha sido dificultado por las inundaciones en las pistas de aeropuertos, destrozos en los muelles y problemas en las comunicaciones.
No obstante, la Guardia Costera dijo este sábado que todos los puertos de Bahamas habían reabierto y que seis de sus helicópteros habían rescatado a 290 personas.