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Fue 'arquitecto” de su propio destino musical

CIUDAD DE MÉXICO, 14 de enero (EL UNIVERSAL).- “Mientras exista una mujer habrá un buen bolero con amor para ella”, es una de las tantas frases que Chamín Correa usó para definir su amor por la música y la guitarra, la cual lo acompañó prácticamente toda su vida.

Nacido en la Ciudad de México el 4 de diciembre de 1931, así lo confirma su acta de nacimiento, la música acompañó a Benjamín Correa, nombre real de Chamín, desde la cuna, ya que su padre Manuel Correa Escamilla fue director de la Sinfónica de Bellas Artes, y fue precisamente él quien enseñó a su hijo los primeros acordes a la edad de cinco años, pero fue su abuelo materno Juez Enrique Pérez de León, quien le dio de manera formal clases de guitarra.

La decisión de no convertirse en arquitecto como lo era también su padre, fue pensando que al lado de él no podría destacar, además de que no le apasionaba el tema, esto lo llevó a convertirse en músico, algo que molestó a su progenitor, pero después apoyó, con la condición de que no fuera un mediocre, y Chamín se aseguró de cumplir.

En sus inicios el jazz obtuvo su atención, cuando tuvo la oportunidad de tocar con el pianista y compositor estadounidense Dave Brubeck. Fue a la edad de 21 años cuando unió su talento al de otros dos jóvenes músicos Roberto Cantoral y Leonel Gálvez, para formar el trío Los Tres Caballeros.

Entre sus primeras canciones se encuentran títulos como “Te perdono”, “Qué bueno qué bueno” y “Perdón”; pero el éxito rotundo llega hasta 1956, cuando firman con Discos Musart y graban dos temas que siguen siendo interpretados en todo el mundo, “El reloj” y “La barca”.

La maestría que Chamín demostró con el requinto, el talento de Cantoral al componer y la magnífica voz de Gálvez, fueron factores que los consagraron a temprana edad. Juntos grabaron 105 canciones, con las que conquistaron América Latina, Europa y Estados Unidos además de México.

El guitarrista tiene en su historial 150 álbumes en los que fue del bolero al tango, sin dejar de lado los trabajos que realizó como director artístico y arreglista de figuras como Enrique Guzmán, Oscar Chávez, Julio Iglesias, Tehua, Lucho Gatica, Olga Guillot, Flor Silvestre, Antonio Aguilar, Luis Miguel, Gloria Estefan, Simone, Juan Gabriel, Vicente Fernández, Rocío Durcal, Tania Libertad, José José y Víctor Iturbe “El Pirulí”, entre otros.

El Festival de Pezzaro en Italia le otorgó durante ocho años seguidos La guitarra de oro. En 1982 ganó el Festival OTI como mejor compositor por el tema Con y por amor, el cual fue interpretado por Enrique Guzmán, esto lo repitió en la OTI Internacional con las canciones “Dios también lloró” y “Volverás”.

Pese a todo esto, Chamín jamás se confió de su experiencia y seguía estudiando todos los días, 15 horas mínimo; algo que según decía el músico los nuevos valores ya no hacen, además de manifestar su decepción porque los jóvenes no volteaban al bolero, lo últimos que se llevaron su reconocimiento fueron Luis Miguel y Cristian Castro.

Requinto, guitarra acústica, electro-acústica, country, steel, eléctrica y bajo eléctrico, fueron algunos de los instrumentos que dominó, pero esta pasión lo llevó a tener su propia marca de guitarras, Guitarras Chamin Correa.

Fumador empedernido durante 70 años, lo llevó a desarrollar enfisema pulmonar y en 2013 una neumonía lo llevó al hospital, a retirarse y a usar un tanque oxígeno las 24 horas del día. En casa recibía terapia para estimular sus pulmones, pero en octubre del año pasado fue hospitalizado por edema pulmonar y una afección cardíaca.

En 2016, Chamín Correa se subió al escenario de La Cueva de Rodrigo de la Cadena, donde se echó un “palomazo” junto a Carlos Cuevas. Esta fue una de las últimas ocasiones que se le vio al músico en un escenario.

Su hijo Manolo Correa comentó que alcanzó a despedirse antes de que su padre muriera y aunque dijo estar profundamente triste, celebra la vida y legado que dejó el fundador del trío Los Tres Caballeros.

“Estamos muy tristes todos, más que su muerte valoramos su vida porque fue una persona que viajó por el mundo e hizo lo que le gustaba. Fue un gran padre, un gran amigo, por eso pues sí, sentimos mucho su pérdida. Mi papá era un músico muy dedicado, él vivía para la música”, señaló en entrevista.

Manolo explicó que le gustaría un homenaje para el artista que tuvo más de seis décadas de carrera y para que los fans se puedan despedir de él y celebrar su legado. “Todavía no sabemos lo que va a pasar con sus restos, apenas estamos viendo todos los trámites. Mi padre no dejó ningún trabajo hecho, desde hace un tiempo ya estaba retirado. Nos gustaría que la gente pudiera reconocer el legado de mi padre”, expresó entre el llanto.

Entre los asistentes al funeral de Chamín estará Carlos Cuevas, quien reconoció que le debe su carrera a Correa, al igual que otros cantantes como Luis Miguel. “Me dejó su enseñanza y trabajo. Me hizo tantos arreglos musicales que estoy feliz de haberlo conocido, de ser su alumno y poder ser producido por el mejor que fue él. Obvio estaré en el velorio, despediré a mi maestro como se debe”.

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