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Vandalismo de migrantes

TECUN UMAN, Guatemala, 20 de enero (Reuters / SinEmbargo / AFP).- Cientos de centroamericanos de los miles que forman una caravana migrante que busca llegar a Estados Unidos, se enfrentaron el lunes con elementos de la Guardia Nacional que les impidieron internarse en territorio mexicano tras cruzar por la fuerza el río Suchiate.

Algunos de los migrantes de la caravana -que salió de Honduras la semana pasada- lanzaron piedras a un contingente de la militarizada Guardia Nacional, narró un testigo de Reuters. Otros gritaban “queremos paz” mientras pedían evitar actos de violencia.

“Nosotros no nos venimos a quedar aquí, solo queremos pasar al otro lado”, dijo Ingrid, una migrante hondureña de 18 años, a la orilla del río Suchiate. “Yo no me quiero regresar a mi país porque allá no hay nada, sólo hay hambre”.

El Instituto Nacional de Migración (INM) de México dijo en un comunicado que se impidió a los migrantes continuar su trayecto debido a que no existe el estatus migratorio de “tránsito” y que una vez que fueron informados de esta situación decidieron atravesar el río “sin considerar los riesgos que esto implica para menores de edad y grupos vulnerables”.

A través de redes sociales, se dieron conocer imágenes del enfrentamiento suscitado entre migrantes y elementos de la Guardia Nacional en Chiapas.

En las imágenes difundidas se puede apreciar el momento en que los elementos de la Guardia Nacional son agredidos al intentar retener a un migrante.

Acto seguido, una lluvia de piedra fue lanzada por los migrantes contra ellos. Puede escucharse el sonido del impacto contra el escudo que portan algunos elementos.

La persona que toma las imágenes se aleja del lugar de la acción, dejando ver como aún algunos elementos de la GN aún tratan de someter al detenido, mientras otros repelen las rocas lanzadas en su contra.

El pasado 16 de enero, la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, declaró que no se entregará salvoconductos para que los miembros de la nueva caravana de migrantes hondureños puedan atravesar el país con destino a Estados Unidos pero sí estudiará las solicitudes de refugio de quienes busquen quedarse en territorio mexicano.

“Simplemente no es México un país de tránsito solamente, no es un país que dé un salvoconducto, es un país que abre las puertas para incluir a las personas que quieran entrar y migrar a nuestro país pero de ninguna manera tenemos visas de tránsito o salvoconductos”, dijo ante la prensa la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

Amedrentados por el fuerte dispositivo de seguridad, el grueso de miembros de la caravana decidió regresar por cuenta propia a Guatemala, según constataron equipos de la AFP desplegados en ambos lados de la frontera.

Sin embargo, unas 200 personas que lograron evadir el poderoso despliegue disuasivo y adentrarse unos kilómetros en territorio mexicano fueron interceptadas poco después por agentes de la Guardia Nacional en un operativo carretero, cuando trataban de avanzar caminando a la ciudad mexicana de Tapachula (sur).

Antes de ser interceptado, el grupo que trataba de llegar a pie por la carretera que conduce a Tapachula enfrentó el inclemente sol y una temperatura superior a los 30 °C.

Varias unidades de la Guardia Nacional, la policía federal y migración de México, les impidieron el paso y los instaron a abordar autobuses dispuestos por las mismas autoridades mexicanas.

Numerosos migrantes accedieron a subirse a los vehículos, mientras que otros se resistieron e intentaron correr pero fueron detenidos y subidos a empujones a camionetas de migración, constató la AFP.

“La caravana en su mayoría ya fue contenida”, dijo a la AFP un oficial de la policía federal que pidió no ser identificado por no estar autorizado a declarar.

Los migrantes llegaron en la madrugada al cruce fronterizo y pidieron a agentes migratorios que les dieran el paso libre para ingresar a México, pero ante la falta de respuesta al mediodía se lanzaron al río para cruzar la frontera desde la localidad guatemalteca de Tecún Umán.

El domingo, el gobierno mexicano informó que estaba aceptando el ingreso de más de 1.000 centroamericanos que llegaron en otro contingente el fin de semana, y que estudiaría los casos de cada uno, aunque advirtió que la mayoría podrían ser devueltos.

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ofreció la semana pasada 4.000 empleos para aquellos que acepten quedarse en el sur de México.

Tania, una hondureña de San Pedro Sula que intentaba cruzar, dijo a la AFP: “Nos engañan, los están deportando a los que aceptaron registrarse”.

Desesperación

Los migrantes de la llamada caravana 2020 en la que también viajan familias completas con niños pequeños, se concentraron desde la madrugada en la aduana de Guatemala en la ciudad Tecún Umán (suroeste).

Las autoridades guatemaltecas les permitieron ingresar al puente internacional Rodolfo Robles, que conecta a ambos países, mientras el lado mexicano estaba ya fuertemente custodiado por equipos antidisturbios.

“Nos desesperamos por el calor que está afectando demasiado y más que todo es por los niños”, dijo a la AFP el hondureño Elvis Martínez, de 33 años, mientras se apresuraba a saltar al río con los zapatos puestos.

“Le pido a López Obrador que se ponga la mano en la conciencia” y permita pasar por el territorio mexicano, añadió el migrante.

Si bien México ha aceptado analizar las solicitudes de algunos centroamericanos y les han ofrecido trabajo en programas sociales del gobierno, al mismo tiempo hay un despliegue de guardias nacionales inédito en la zona.

Tras las multitudinarias caravanas de centroamericanos que llegaron a México a finales de 2018 y principios de 2019, el presidente estadounidense Donald Trump hizo fuertes reclamos al gobierno mexicano y amenazó con imponer aranceles a productos de este país si no se tomaban medidas para detener la oleada migratoria.

López Obrador ordenó entonces el despliegue de unos 26.000 guardias nacionales en sus fronteras norte y sur en un intento por contener esta oleada de centroamericanos que huyen de la pobreza y la violencia y buscan asilo en Estados Unidos.

Guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses se han integrado a la también llamada “Caravana de la Esperanza, Dios es Amor”, que salió el martes pasado del norte de Honduras.

Unas 3.500 personas integran el grupo, según estimaciones de autoridades migratorias centroamericanas.

Parte de la caravana intentó entrar a empujones el sábado por la mañana, pero fueron contenidos por los militares mexicanos. Luego grupos reducidos ingresaron a cuentagotas y varios cientos fueron llevados a albergues.

Para disuadir el avance, el gobierno mexicano puso en marcha el Programa de Emergencia Social que incluye dos programas de empleo que serán habilitados en ocho departamentos de Honduras y 14 departamentos de El Salvador.

Escapan más de 200 migrantes en Tabasco

De 424 centroamericanos que este fin de semana fueron trasladados desde el puente fronterizo de El Ceibo, Guatemala, hacia esta capital, más de 200 escaparon de la estación migratoria ubicada en Ciudad Industrial de Villahermosa.

Según testigos, la fuga ocurrió la mañana de este lunes, luego del amotinamiento en ese lugar, donde fueron concentrados los migrantes a quienes el gobierno mexicano les permitió la entrada, el sábado 18, desde la frontera de Guatemala con el municipio de Tenosique, Tabasco.

En su mayoría, los migrantes son originarios de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua, en ese orden.

Hasta las 14 horas ninguna autoridad –de la Guardia Nacional o policías Federal y Estatal– había informado sobre el número de migrantes que escaparon, pero medios locales reportan más de 200 y la recaptura de 100.

La 72, Hogar Refugio para Personas Migrantes de Tenosique, reportó que el sábado los migrantes ingresaron a Tabasco en grupos de 10 de personas, “engañadas con promesas de programas laborales y regularización”.

Citó que, de acuerdo con un comunicado de la Secretaría de Gobernación, por Tabasco entraron 424 centroamericanos de manera “ordenada, regular y segura”, y en la mayoría de los casos, una vez revisada la condición migratoria particular, “se procederá al retorno asistido a sus países de origen”.

“Es decir, las van a deportar de manera exprés a Centroamérica. Los que se queden sufrirán meses de encierro, abusos y maltratos psicológicos de los agentes del INM”, protestó el organismo civil-religioso en su cuenta de Facebook.

“Esta es la política migratoria sumisa de la 4T. ¿Dónde están las voces críticas de las Comisiones de Derechos Humanos Estatales y Nacionales? ¿Y qué están haciendo los organismos de Naciones Unidas para frenar estos abusos?”, preguntó.

“En días o semanas, esas mismas personas deportadas estarán nuevamente en las rutas migratorias, y en La 72 las seguiremos esperando con los brazos abiertos”, remató.

Nacional

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