CUERNAVACA, 3 de febrero.- El 16 de enero, personal de Servicio Médico Forense (SEMEFO) de Morelos entregó el cuerpo sin vida de Jonathan Martínez Tijeras a su familia, lo enterraron, le lloraron, pero 14 días después apareció vivo en un centro de desintoxicación de Alcohólicos Anónimos.
Jonathan, originario del municipio de Yautepec y con 30 años de edad, a principios de diciembre de 2019 desapareció. A mediados de ese mes su mamá Felicitas Tijera Carvajal y sus hermanos iniciaron su búsqueda.
Fue el 15 de enero cuando se enteraron que en la Fiscalía Regional Oriente estaba un cuerpo en calidad de desconocido con características similares a las de Jonathan. Los hermanos de joven acudieron, con fotografías de Jonathan, de cicatrices por operaciones y del tatuaje que tenía.
“Sin aplicar el protocolo adecuado de identificación forense, les entregaron el cuerpo de una persona que dijeron era Jonathan, era muy fácil verificar con todo lo que la familia tenía y las características de Jonathan, hicieron el proceso del velorio, lo inhumaron”, subrayó el asesor legal y también exfiscal regional de la región oriente.
Sin embargo, el pasado sábado 1 de febrero, una vecina informó a Felicitas que le pareció ver a su hijo en un centro de desintoxicación para Alcohólicos Anónimos.
Ante la sorpresa y contrariedad que generó la noticia a la familia, fueron para constatar el dicho de su vecina.
El pasado sábado, la señora Felicitas encontró a su hijo vivo, recluido en un grupo de doble AA. Hoy tiene una situación difícil, está contenta porque su hijo está vivo, pero por otro lado esta consternada porque desconoce a quién le lloró, a quién enterró.
Familia busca que revivan legalmente a su hijo
Ahora, la familia iniciará un litigio reclamando la reparación del daño y justicia para evitar que se repita el caso de Jonathan en la entidad y en el país.
“Ahora se tiene que revivir a una persona que registralmente se encuentra en carácter de defunción, hay que cancelar las actas de defunción, hay que volver a reactivar sus actas su estado civil como vivo, se busca justicia y una reparación del daño”, destacó el abogado de la familia.
Ante la gravedad del caso, la FGE “está argumentado que los testigos (familiares) no hicieron la identificación adecuada, es decir, se quieren lavar las manos, pero hay varias irregularidades, por ejemplo, en el acta de defunción señalan que la causa de la muerte fue por infarto agudo al miocardio, pero en el tipo de defunción ponen que fue violenta”, dijo Rosete Flores.
Este caso revela las profundas irregularidades con las que sigue operando el Servicio Médico Forense en Morelos. En 2014, la Fiscalía General Estatal (FGE) inhumó, sin protocolo, a más de 100 personas en fosas clandestinas, situadas en el poblado de Tetelcingo, municipio de Cuautla, y colocó a esta entidad en el ojo de la opinión pública.