CIUDAD DE MEXICO, 14 de marzo (Infobae).- Ante la declaratoria del coronavirus como pandemia, todos los países del mundo están tomando diversas medidas para tratar de contener su expansión.
Algunas empresas farmacéuticas y laboratorios de prestigiosas universidades trabajan para encontrar una cura contra el virus. También empresas fabrican aditamentos para prevenir los contagios como mascarillas con filtros, guantes, trajes especiales y otros.
En México, la empresa XE Médica, compañía de tecnología médica, desarrolló una forma de trasportar pacientes infectados con el nuevo coronavirus, o de cualquier otra enfermedad infecciosa, sin poner en riesgo a los equipos de respuesta y otros trabajadores médicos.
Inspirado por las cámaras neonatales que sirven para proteger a los recién nacidos de bacterias y virus externos, Ingeniería Médica XE puso la idea en reversa y desarrolló la cámara de aislamiento para evitar que escapen esos patógenos.
“Obviamente estábamos en apuros porque eventualmente tendríamos que transportar estos pacientes y no teníamos todos los recursos. Fue entonces cuando tuvimos la necesidad de producir una cámara aislada y trabajamos con base en nuestra experiencia de años anteriores, donde habíamos creado módulos para cuidados intensivos neonatales, para recién nacidos y ahora esto es muy similar, pero está diseñado para un adulto”, indicaron.
La cámara es una cápsula plástica sellada y flexible que tiene un sistema de filtro HEPA para mantenerla inflada.
Según la compañía, el dispositivo es adecuado para su uso en ambulancias, salas de emergencia, y salas de hospital y permite a los trabajadores médicos tratar a los pacientes al tiempo que reduce la posibilidad de propagar infecciones.
“Queremos proteger a nuestro personal y también a las personas que tienen que convivir con personas infectadas”, explicó Fernando Avilés, director de Ingeniería Médica de XE.
Hace unos días se dio a conocer que un equipo de investigadores del Hospital Sunnybrook perteneciente a la Universidad McMaster y de la Universidad de Toronto, ambas en la provincia de Ontario, están teniendo un papel en el avance científico contra el nuevo coronavirus al lograr aislar y cultivar con éxito copias del virus responsable de la enfermedad COVID-19.
Según precisan los investigadores, este importante logro científico que culminó con el aislamiento del virus permitirá a los equipos canadienses, y a los del resto del mundo que están luchando contra este nuevo patógeno, acelerar una investigación para desarrollar mejores pruebas de diagnóstico y avanzar en los tratamientos y vacunas contra el coronavirus.
En otro caso, después de años de investigación, el médico infectólogo Peter Hotez, y su equipo de científicos del Colegio de Medicina de Houston, Texas, habían desarrollado una vacuna para proteger contra una cepa mortal de coronavirus. Corría el año 2016 y el mundo estaba lejos de lo que sería la epidemia de un nuevo coronavirus de origen chino.
Pero cuando necesitaron más dinero para comenzar a probarla en humanos, el financiamiento a su investigación terminó, por lo que su estudio final quedó trunco.
Mientras hay una cura contra el COVID-19, la mejor forma de prevenir un contagio de coronavirus es usar la mascarilla N95, un tipo de cubrebocas desechable que al inhalar un dispositivo filtra las partículas suspendidas en el aire, lo que incluye bacterias, virus y polvo, por lo que se puede decir que es un “purificador de aire”. Sirve para filtrar al menos 95 % de partículas de alta concentración, de ahí su nombre, sin embargo, no tiene capacidad de filtrar aceites y otros líquidos.
Hay dos tipos: una tiene válvula y disminuye la sensación de sofocamientos al contar con una apertura que permite la entrada y salida de oxígeno. Es desechable y de uso personal. Para desecharlos hay que usar una bolsa roja con el símbolo de riesgo biológico, ya que después de su uso se convierte en material contaminado.
Las mascarillas N95 son el equipo de protección más utilizado en el ámbito de la salud para evitar el contagio de enfermedades infecciosas. Cualquier trabajador de la salud en contacto directo con pacientes de COVID-19 debe protegerse con mascarillas N95, además de guantes quirúrgicos y goggles.