CIUDAD DE MÉXICO, 26 de marzo (SinEmbargo / NTX / apro).- No hay duda de que México entrará a la fase 3 de emergencia por coronavirus, esto es, el punto más crítico de contagios y el llamado del Sector Salud es enérgico a parar ya la movilización de personas para atenuar el impacto.
Al menos eso fue lo que expuso hoy, de nueva cuenta, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quien consideró que “este es el momento”, “esta es la oportunidad” de que el país pueda reducir el pronunciamiento de la curva epidemiológica y se colapse el sistema de salud como ha pasado en otros países.
La declaración, como en días pasados, contrasta con los llamados del presidente López Obrador a mantener actividades comerciales y consumo, que todavía ayer alentó, aunque hoy en la conferencia de prensa López-Gatell aclaró que ya no se puede pensar en paros escalonados, si no en el paro total y la llamada “sana distancia” para evitar el colapso de los servicios de salud por el inminente crecimiento en el número de casos.
En una conferencia de prensa atropellada por cuestionamientos que hicieron divagar al mandatario en diferentes temas, López-Gatell destacó que además de que en breve México entrará a la fase 3, el país podría salir de la contingencia el 19 de abril, conforme al cálculo de los especialistas del sector salud.
El funcionario explicó que si continúa la Jornada Nacional de Sana Distancia en estas cuatro semanas, “en lugar de tener una curva epidémica inmensa, que supere la capacidad de atención, vamos a tener una curva de menor tamaño que permita atender a las personas críticas”.
Asimismo, consideró que las autoridades quisieran hacer las medidas de salud pública lo más extremas posibles ante lo que está ocurriendo con el COVID-19 en otros países, sin embargo, reiteró que “hay algunas de estas medidas que no tiene un fundamento técnico como el cierre de fronteras y el cierre de aeropuertos”.
López-Gatell destacó que existen otras medidas, como el reducir masivamente la movilidad social durante un periodo razonablemente corto. “Uno quisiera hacerlas extremas, que no se moviera ni una sola persona de su lugar. Sin embargo, uno se tiene que mantener consciente de la realidad social y esta realidad social es específicamente para cada país”, indicó.
“Por ejemplo, en países de Europa occidental característicamente tienen una distribución de la riqueza razonablemente equitativa. En México desafortunadamente no es el caso y lo sabemos todos, desde hace muchos años tenemos una profunda desigualdad social y económica. En un número representativo, la mitad de la población de México vive en condiciones de pobreza. Esto es una verdad absolutamente conocida”, sostuvo.
Además, el también vocero del sector salud precisó que “en una sociedad más equitativa, donde hay capacidad de ahorro en la sociedad, se pueden apretar más las medidas sanitarias que están encaminadas a que no se movilice la gente porque hay capacidad de ahorro y capacidad de resistir”.
“En una sociedad tan desigual como la de México, uno no puede restringir tanto la actividad social y económica porque posiblemente irreparable para una gran cantidad de familias que viven al día, pequeños comerciantes, profesionistas independientes, pequeñas empresas, trabajadoras y trabajadores domésticos, vendedores ambulantes. No tiene capacidad de ahorro”, señaló.
Frente a los medios de comunicación, el especialista en Medicina Interna comentó que “en un extremo quisiéramos y necesitamos que no se mueva la gente, que no esté en el espacio público, que no salga a trabajar, que no vaya a las escuelas. Eso lo necesitamos para fines de la salud pública, para cortar la transmisión. Tenemos que ser muy claros en entender esto”.
A su vez, enfatizó que para decretar cada una de las medidas de prevención ante el coronavirus, hay dos factores: el límite que impone la realidad social y el tiempo de oportunidad que es crucial. “Ahorita tenemos pocos casos comparados con otros países. La oportunidad es hacerlo ya y masivamente, hasta donde el límite de la realidad social nos permite”, refirió.
“Una vez que la curva epidémica empiece a crecer exponencialmente ya no podemos para la epidemia”, agregó el doctor.
Afirmó que técnicamente no afecta que cada estado de la República asuma su papel en la contingencia sanitaria por el coronavirus ya que existe coordinación con la Federación.
Y es que desde que inició la pandemia de COVID-19 en el país, numerosas voces han criticado que los gobiernos federal y los de las entidades establezcan ritmos distintos para contabilizar los contagios y apliquen medidas diversas para prevenir el contagio.
Al respecto, el funcionario federal rechazó que este sea un factor determinante al momento de aplicar políticas de prevención sanitaria y al contrario afirmó que es una virtud que las administraciones estatales sean proactivas y actúen ante la emergencia con responsabilidad ante sus gobernados.
“Es esperable que cada gobernador, la gobernadora de Sonora y la jefa de gobierno de la Ciudad de México tomen un papel activo en su marco de responsabilidad, entonces no debe preocuparnos que sean proactivos, eso es incluso una virtud.
“Cada quien tiene facultades para ciertos elementos de no sólo la respuesta de epidemia, sino en general de la salud; y la propia Ley General de Salud establece lo que legalmente se llama la concurrencia de la federación y los gobiernos estatales para las materias de salubridad general, entre estas ésta”, puntualizó López-Gatell en conferencia de prensa.
El epidemiólogo ejemplificó el nivel de coordinación que establece el gobierno de la Ciudad de México con el del Estado de México, quienes dentro de sus facultades, han decidido crear una coordinación metropolitana para atender la emergencia por el coronavirus, con la guía técnica de las autoridades federales.
“Entonces, mantenemos una sana distancia en el sentido de que ellos pueden operar con cierta autonomía en lo que aplica sus facultades como gobernantes de cada entidad federativas, además cooperan entre ellos y además están vinculados con la federación. Este es el modelo ideal”, sostuvo.
López-Gatell indicó que se estudia la capacidad técnica y de coordinación de cada estado del país para determinar si el modelo metropolitano de la Ciudad de México se puede replicar en otras regiones de México con el acompañamiento de la autoridad federal sanitaria.