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CIUDAD DE MÉXICO, 9 de abril (SinEmbargo).– A más de 13 mil kilómetros de distancia de Wuhan, China, en el tianguis de mariscos de La Nueva Viga, en la periferia de la Central de Abasto de la Ciudad de México, cientos siguen sin hacer caso a las medidas para contener el COVID-19 y caminan a centímetros de los otros.

La Secretaría de Desarrollo Económico de la capital informó que en coordinación con autoridades de la Alcaldía Cuauhtémoc y la Secretaría de Salud de la capital, se invitó a comerciantes y compradores a adoptar la sana distancia.

Decenas de uniformados arribaron hasta el mercado para llevar a cabo un operativo. Videos que circulan en redes sociales muestran a los uniformados formados uno tras otro.

Los pasillos B, C, D y F del popular mercado en el que se venden pescados y mariscos lucieron abarrotados durante la tarde de este jueves 9 de abril, justo un día después de que autoridades de Salud indicaran que en México podría haber ya hasta 26 mil casos de coronavirus.

Además de pedirles que guardaran la sana distancia, los policías retiraron automóviles que se encontraban en segunda fila en la periferia del tianguis.

La Nueva Viga es el mercado de pescados y mariscos más grande de América Latina.

Al adentrarse en este gigante lugar y llegar al pasillo frontal, la noticia del aumento de casos y las recomendaciones de evitar aglomeraciones se pierden entre las muchísimas personas que movidos por la costumbre y la tradición ligada con la religión de no comer carne durante la Cuaresma, acuden a comprar pescado y marisco.

“A la gente no le preocupa tanto el tema del coronavirus. No se olvidan de la tradición y vienen cada año a comprar el marisco y el pescado porque además esto es lo más delicioso del planeta”, explicó este jueves a Efe Teresa, una de las varias trabajadoras de uno de los locales que vende sin parar al mediodía, hora punta en la Nueva Viga.

Elena, una joven clienta, consideró, por su parte, que “la comida ayuda a estar conviviendo con la familia” y, como muchos ya no trabajan ni van a clases por las medidas contra el coronavirus, tienen tiempo para acudir a este mercado que, además, tiene precios muy económicos.

La mojarra, la sierra, el cazón, el huachinango, los camarones e incluso el salmón están más baratos que nunca, probablemente por el miedo de los pescadores de que la gente no compre y así crear mucho excedente que se pierda.

“Suelo venir porque este es el lugar perfecto para encontrar cosas de temporada y más ahora (en Semana Santa). (…) Es interesante que encuentras precios distintos, esta bajísimo el precio, en otros lugares casi al doble, además está bueno, rico y fresco”, añadió Elena.

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