CIUDAD DE MEXICO, 19 de abril (SinEmbargo).– México se prepara para entrar a la Fase 3 del COVID-19 con un llamado a guardar la sana distancia, pero en algunas regiones del país la gente sigue sin acatar la principal recomendación de las autoridades: “quedarse en casa”.
Es el caso de Tijuana (Baja California), donde a pesar de ser una de las ciudades de México con más casos de personas infectadas con coronavirus, los residentes de la Zona Este siguen circulando como si no existiera la pandemia.
La revista Zeta realizó un recorrido por las colonias Mariano Matamoros, El Florido y El Pípila y se percató de que habían vendedores ambulantes, malabaristas en cruceros y negocios no esenciales abiertos.
“Yo ando afuera porque tengo que ir a trabajar, pero sí sé que está muy dura la cosa (pandemia), pero pues en mi trabajo, el patrón no nos ha dicho nada y no se puede faltar”, dijo a Zeta Juan Estrada, empleado de una maquiladora.
Varios de los entrevistados externaron que ante la contingencia sanitaria quisieran permanecer en sus casas, pero la necesidad los obliga a salir.
En el recorrido se pudo ver operando negocios como papelerías, tiendas de saldos, salones de belleza, entre otros.
Durante el trayecto por las colonias del Este de la ciudad, un agente de la Policía Municipal, informó que constantemente están atendiendo reportes de aglomeración de personas, los cuales por lo general son en centros comerciales o sobre ruedas.
El oficial detalló que le solicitan a la ciudadanía que obedezca las recomendaciones de las autoridades de salud, sin embargo “son muchas personas y se le debe apostar a la concientización”.
El Ayuntamiento de Tijuana difundió el sábado 18 de abril un comunicado de prensa para informar que se realizaron operativos para vigilar los mercados sobreruedas.
Hasta el momento, el Ayuntamiento de Tijuana solo ha entregado seis multas económicas a puestos en donde permanecían los comensales y cerca de 50 notificaciones que recibieron comercios no esenciales; durante el operativo también se invitó los vendedores a retirarse y regresar a sus casas, mismos que voluntariamente aceptaron las indicaciones de las autoridades.
En Baja California van 652 casos positivos de COVID-19, de los cuales 374 son de Tijuana, 242 Mexicali, 5 Ensenada, 19 Tecate, 10 Rosarito y 2 San Quintín-Vicente Guerrero.
Sin cumplir medidas en Puebla
A pesar de que el coronavirus en Puebla ya ha infectado a 320 poblanos y cobrado la vida de 48, varias personas siguen sin cumplir la medida de permanecer en sus casas en la medida de ser posible.
La tarde del sábado Periódico Central realizó un recorrido por el Paseo Bravo, en la ciudad de Puebla, donde se observaba a las personas caminando por las calles en familia y otras sentadas en las banquetas, sin cubrebocas. También había vendedores ambulantes.
Las Fiestas en la CDMX
En algunas zonas de la Ciudad de México, los capitalinos continúan haciendo fiestas durante la Jornada Nacional de Sana Distancia.
Videos que circulan en redes sociales muestran a decenas de personas divirtiéndose, bailando, bebiendo y cantando en compañía de otros, ignorando las recomendaciones de autoridades federales y locales.
Un usuario de redes mostró que en un restaurante de la Alcaldía Cuauhtémoc varios jóvenes se reunieron durante horas con música a todo volumen. En un video que él captó se ve a varios jóvenes que no respetan la sana distancia.
Otro video, supuestamente captado en la Alcaldía Gustavo A. Madero, revela otra fiesta en plena cuarentena. Está acompañada de canto.
Los tres episodios habrían ocurrido durante la tarde-noche del viernes 17 de abril.
Edomex: cuarentena no es opción
En Ecatepec, Estado de México, la vida no se planifica a quince días, y mucho menos a un mes. “Vivir al día” es el lema de muchos de sus habitantes, como María Teresa, una trabajadora de la limpieza para quien la cuarentena de dos meses no es una opción.
“Ahí lo sobrellevamos. Yo sigo trabajando y mi marido también mientras mis hijos están en casa. Somos gente que vivimos al día, entonces tenemos que trabajar”, explicó a Efe esta vecina de la segunda ciudad más poblada de México, que colinda con la capital del país.
María Teresa es perfectamente consciente de los riesgos de la pandemia de COVID-19, que lleva 7,497 casos confirmados y 650 muertos en el país, por lo que intenta no desviarse de la ruta que hace caminando entre su casa y el trabajo.
Pero su esposo, pintor industrial, no corre la misma suerte. Él forma parte de los 2.5 millones de personas que siguen apretujándose a diario en el Metro capitalino para trasladarse a trabajar pese a la pandemia, muchos de ellos provenientes de municipios colindantes de la Ciudad de México, como Ecatepec.
En estas localidades son muchos los que escuchan con impotencia el sermón de “Quédate en casa” que cada día repite en televisión el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
Aunque el Gobierno ha ordenado el cierre de los negocios no esenciales y ha pedido a la gente que se quede en casa, más de 50 millones de mexicanos pobres no se lo pueden permitir.
Pero tampoco falta quien hace oídos sordos y sale a la calle por ocio. “El parque ya lo cerraron porque no entendía la gente, había gente los fines de semana”, explicó María Teresa.
Aunque Ecatepec forma parte de la misma mancha urbana que la Ciudad de México, una área metropolitana que engloba a 20 millones de personas, aquí no hay rascacielos de grandes multinacionales que se pueden permitir mandar a sus trabajadores a casa.
Mario Álvarez administra una pequeña fábrica de bolsas de basura. Ninguna autoridad le ha comunicado si su negocio es considerado esencial o no, pero la empresa sigue operando con sus 20 empleados trabajando.
“La gente tiene mucho miedo a perder su empleo, se podrían quedar en casa pero te quedas sin comer, prefieren mejor estar trabajando”, comenta sobre la situación del municipio.
Esta semana, las autoridades locales clausuraron un gimnasio y una escuela de baile. No son esenciales. Pero en las principales calles comerciales, todavía quedan algunas tiendas de ropa abiertas que, junto con las de alimentación, acucian una bajada de clientela.
“Nos ha afectado, ahora no hay casi clientes, ha bajado mucho. Pero estamos al día y no puedo cerrar”, aseguró Bartolo, un pastelero que se encarga de que la gente pueda celebrar su cumpleaños con una tarta pese al confinamiento.
El Estado de México, región que concentra buena parte de los municipios de la periferia capitalina, registra casi 800 casos confirmados de COVID-19 y 52 fallecidos.
Conscientes de que la situación puede agravarse a raíz de las condiciones de pobreza de la zona, las autoridades estatales recomendaron llevar cubrebocas durante la pandemia. Pero ver una mascarilla en Ecatepec es como encontrar una aguja en un pajar.
Édgar vende pollos en un local improvisado con una mesa de plástico dentro de un estacionamiento. Cuenta que su jefe todavía no ha podido comprar cubrebocas ni gel antibacterial.
Familiares que trabajan en un hospital le hablaron del virus, por lo que Édgar estuvo a punto de adquirir su propia mascarilla, pero hubo algo que lo echó para atrás: “La gente al verme van a pensar ‘mejor le compramos a otro’. Veo a la gente con demasiado temor”, relata.
Pocos oficios permiten captar el sentir de una sociedad como los pequeños comerciantes. En estos días, vendedores de Ecatepec han escuchado de todo, desde gente que desconoce que existe el virus, a quien cree que es una invención política o incluso resultado de la guerra fría.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, a nivel nacional, las personas permanecen 20 por ciento más en sus casas. Los estados que más ha respetado el “Quédate en casa” es Quintana Roo, con casi 30 por ciento, seguido de Baja California Sur y Yucatán. El que menos lo ha seguido es Tlaxcala, con una cifra inferior a 20 por ciento.
En México suman 650 los fallecimientos por COVID-19 y 7 mil 497 los casos de contagios motivados por esta enfermedad.