CIUDAD DE MÉXICO, 6 de mayo (Reuters) - A pesar de haber hecho menos pruebas que otros países, el Gobierno mexicano confía en estar preparado para salir airoso esta semana de la fase más álgida del coronavirus, y anticipa que el brote podría azotar al país en una segunda oleada a partir de octubre.
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, aseguró que de no haberse tomado a tiempo las medidas de distanciamiento social, la curva sería más pronunciada y estarían en riesgo la mayoría de los 126 millones de mexicanos, pese a que el número de infectados y fallecidos se ha venido duplicando en las últimas semanas.
“Vamos ganando”, afirmó el médico, la cara más visible de la lucha contra el coronavirus en el país, en una entrevista con Reuters la noche del lunes en el Palacio Nacional de Ciudad de México, la sede del Poder Ejecutivo.
“Los números son alentadores. Tenemos todavía una muy amplia capacidad de respuesta”, destacó al asegurar que las medidas adoptadas permitieron “cambiar el rumbo de la epidemia y tener efectos muy positivos que han llevado a la reducción de la velocidad de transmisión y de los contagios”. Además del distanciamiento social, el Gobierno llamó a los ciudadanos a mantenerse en casa, las escuelas y universidades suspendieron clases presenciales. También fueron cerrados estadios, museos y locales comerciales y las industrias consideradas “no esenciales”.
El Valle de México, que incluye a la capital y al contiguo Estado de México y que alberga a unos 21 millones de habitantes, es el área más golpeada por el coronavirus en el país. Aún así, el doctor en epidemiología por la Universidad Johns Hopkins dijo que están “muy por debajo” de los 10,000 infectados esperados para la zona y que podrían llegar sólo a la mitad.
Para todo el país, las autoridades esperan alcanzar unos 6,000 fallecidos, un 25% menos que los estimados antes de empezar la fase más aguda de la pandemia.
Pero, como han advertido algunos expertos, la actual podría ser apenas la primera ola de contagio del virus, que ha dejado 3,6 millones de infectados y más de 251,000 fallecidos alrededor del mundo, de acuerdo a un conteo de Reuters.
“No es lógico pensar que mientras haya una epidemia de enfermedad infecciosa en el resto del mundo, cada país va a estar a salvo de reinfectarse”, aseguró el funcionario de 51 años, quien participó del equipo que combatió la pandemia de la gripe A (H1N1) en 2009. “La influenza (estacional) va a regresar en octubre y se va a ir en marzo. Definitivamente esto va a pasar. Lo que no sabemos -y es probable- es que, junto con la influenza, pudiera venir las segunda gran oleada de COVID-19”, anticipó.
México: ¿a ciegas?
México es el país que menos pruebas para detectar el coronavirus ha realizado de las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): apenas 0.4 pruebas por cada 1,000 habitantes, mientras que la media de la entidad es de 22.9.
Sin embargo, López-Gatell sostuvo que el país no necesita hacer tantas pruebas para tomar políticas acertadas. Según una estimación oficial, México tuvo 104,562 infectados hasta hace dos semanas, a diferencia de los casi 25,000 que ha reportado según las pruebas.
“No se necesita el número de casos. Lo que se necesita es entender los datos y entender cómo es la mecánica de una epidemia para tomar las decisiones más adecuadas”, aseveró. “Hay varias personas que dicen ‘estamos a ciegas, no tenemos información’. Está a ciegas el que quiere ir a ciegas. Nosotros tenemos la información adecuada para tomar decisiones”.
Para sostener su afirmación, el funcionario hizo una analogía con las crecientes cifras de homicidios en México y explicó que el Gobierno no necesita saber la cantidad de éstos para tomar acciones de prevención contra el crimen organizado, que dejó, en promedio, 95 asesinatos diarios el año pasado.
Además, confesó que “es muy probable” que en México se esté subestimando la cantidad real de muertos como consecuencia del coronavirus, luego de haber recibido críticas porque supuestamente se estarían diagnosticando como “neumonía atípica” muchas muertes relacionadas a COVID-19, la enfermedad transmitida por el coronavirus.
“(Se subestima la cantidad de muertos) con influenza todos los años, no tendría porqué ser diferente en el caso de una enfermedad emergente como COVID-19”, apuntó López-Gatell, quien vaticinó que es muy probable que, dos o tres años después del inicio de la pandemia, se tengan “revelaciones muy importantes sobre lo que ocurrió en retrospectiva”.
Por otro lado, aseguró que aún no se han definido las fechas de reinicio de sectores económicos clave como el automotriz, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que permitiría que éste retome actividades a la par del sector en Estados Unidos.
“No necesariamente (México debe reabrir antes que Estados Unidos). México entró a la epidemia de COVID-19 un mes después de Estados Unidos. En un momento dado, si Estados Unidos ya está en una fase de estabilización de su epidemia, México apenas está de ida”, sostuvo López-Gatell.