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Sepultan a madre e hija asesinadas

Pobladores de Acajete exigen justicia

PUEBLA, Pue., 18 de junio (Apro).- En el último adiós a Gardenia Ortega y su hija, Dulce Dayann, asesinadas en Acajete, los asistentes al sepelio soltaron globos blancos y gritaron al unísono: “¡Justicia, justicia, justicia!”.

Los familiares de las víctimas evitaron pronunciamientos durante el servicio fúnebre, pero días antes señalaron como principal sospechoso del doble feminicidio a un exnovio de Gardenia, quien –subrayaron— tenía un comportamiento violento y persecutor, y ya antes la había amenazado.

Los cadáveres calcinados de Gardenia, de 26 años, y su hija Dulce Dayann, de 11, fueron hallados en el interior de un automóvil la mañana del viernes 12 en Santa María Nenezintla, comunidad cercana a Magdalena Tetela Morelos, donde radicaban.

Madre e hija salieron un día antes de su casa, a bordo del mismo vehículo en el que fueron asesinadas. Gardenia estaba atada de manos en los asientos del carro, y el cuerpo de su hija se encontró en la cajuela.

En Magdalena Tetela, del municipio de Acajete, los vecinos colocaron mantas con la leyenda: “Justicia para Gardenia y Dulce”, para solidarizarse con el reclamo de la familia.

El gobernador Miguel Barbosa Huerta dijo este jueves que el doble feminicidio estaba a punto de ser resuelto con la detención del responsable, una persona que –aseguró— formaba parte “del primer círculo” de las víctimas.

Elvira, tía de Gardenia, denunció en sus redes sociales que el presunto responsable de los crímenes lleva el nombre de Alonso, expareja de la joven, quien huyó de la localidad después de los hechos.

“Yo exijo al gobernador que por favor le meta presión… la respuesta que queremos es dónde está ese sujeto que le arrebató la vida a mis niñas”, expresó, y pidió la colaboración de la ciudadanía para dar con su paradero.

Alonso, dijo, hostigó a su sobrina Gardenia muchas veces e incluso en una ocasión la obligó a irse con él, apuntándole con una pistola en la cabeza.

La mujer narró que durante tres meses que vivió con el sujeto, Gardenia sufrió golpes y estuvo privada de la libertad, porque no le permitía visitar a sus padres. “Ella no lo amaba, no era su novio, se la llevó porque él quiso”.

La joven logró volver a la casa de sus padres, y fue entonces cuando el supuesto victimario empezó una persecución para obligarla a retomar la relación.

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