Comercios lanzan ideas ante la crisis
CIUDAD DE MÉXICO, 21 de junio (Economía Hoy).- El domingo 4 de mayo la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus cumplió 46 días en nuestro país, durante los cuales, el 54 por ciento de los mexicanos no ha asistido a lugares públicos, de acuerdo con una encuesta de De las Heras Demotecnia. Aunque algunas industrias como la restaurantera trata de no dejarse vencer, la ausencia de clientes pega de una manera cada vez más evidente a otros negocios cuyo objetivo es el esparcimiento, situación ante la cual bares y parques recreativos ven en el consumo por adelantado una manera de sobreponerse.
Aunque el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador ha solicitado a los patrones no despedir a sus empleados para no condenarles al desamparo que promete la crisis económica derivada de pandemia, los datos indican que la solicitud es complicada de cumplir. Las cuentas no salen.
Así lo evidenciaron datos presentados por Luisa María Alcalde, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que indican que entre el 13 de marzo al 6 de abril, primera etapa de la jornada para evitar los contagios de COVID-19, se perdieron más de 346 mil empleos en México, principalmente en los estados de Quintana Roo, Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco, Estado de México y Tamaulipas.
Los incentivos y los apoyos a los empresarios, que se enfocan únicamente en los medianos y pequeños comercios, que ha ofrecido la administración federal, parecen tampoco bastar, ya que el equipo del titular del Ejecutivo se ha visto en posibilidad únicamente de otorgar créditos por 25 mil pesos, a personas que deben encargarse de pagar cuentas, nóminas, y de llevar comida a la mesa.
El cierre de restaurantes y la suspensión del servicio presencial en los negocios también ha dejado a los meseros sin propinas, que en México suele constar de entre el 10 y el 20 por ciento del consumo total, que ayuda a fortalecer la cartera de quienes trabajan en el sector servicios, que suelen ganar apenas un sueldo mínimo por su trabajo.
Ante la nula entrada de dinero y la necesidad de pagar a colaboradores, uno de los primeros negocios que decidió implementar el consumo por adelantado es el Bar Milán, un popular establecimiento ubicado en la colonia Juárez de la Ciudad de México, tradicionalmente visitado por los periodistas de los medios de comunicación asentados en la zona, y por artistas atraídos por la especialidad de la casa: los mojitos.
La propuesta del Bar Milán es sencilla: sus clientes aportan dinero y a cambio reciben la garantía de poder canjear la donación por los productos del establecimiento una vez puedan abrirse las puertas. El negocio dejó algo claro a quienes deseen participar: los dueños no obtendrán ganancias de estos recursos, que servirán simplemente para poder pagar al personal, desde bartmans, meseros y personal administrativo.
La misma estrategia fue puesta en marcha por la franquicia de restaurante-bar McCarthy´s Irish Pub, con sus Lucky Pass, bonos que pueden ser canjeados una vez pase la crisis por los contagios de coronavirus, los cuales, además, brindan preferencia en la reserva de eventos especiales que se celebren en las sucursales.
Los bonos van de los 50 a los 950 pesos, valen más del recurso invertido por los clientes, y fortalece a estos negocios especializados en alitas de pollo y cerveza, que siguen operando mediante la comida para llevar y las entregas con ayuda de los servicios por aplicación.
Las empresas que venden sus productos también ponen su granito de arena, como Grupo Modelo, que a través de Stella Artois, la cerveza que distribuye, puso en marcha la iniciativa “Ayuda Un Restaurante”, con la que busca recaudar un millón de pesos para donar otro millón y apoyar a pequeños y medianos empresarios.
No sólo las empresas que se dedican a la venta de bebidas alcohólicas hacen uso de estas ideas; por ejemplo, Bioparque Estrella vende boletos al 50 por ciento de descuento que podrán ser canjeados una vez pasada la emergencia y hasta diciembre de 2021.
Con los recursos obtenidos a través del abono, con un costo de 150 pesos, Bioparque Estrella busca alimentar a más de mil 500 animales de 60 especies que se encuentran en peligro, y cuyo principal sustento depende de la taquilla.