En el Estado de México, la majestuosa Zona Arqueológica de Teotihuacán guarda secretos que siguen revelándose. Conocida como el "lugar donde fueron creados los dioses", esta antigua ciudad ha sido por siglos el epicentro de la historia mesoamericana. Su influencia se ha extendido no solo a nivel cultural, sino también como un ícono espiritual y arquitectónico. Declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1987, Teotihuacán se mantiene como uno de los destinos más visitados de México, impactando tanto en la investigación histórica como en la identidad colectiva del país.
Uno de los elementos más destacados de esta ciudad es su diseño urbano, con la Calzada de los Muertos y las canalizaciones del río San Juan, estructuras que reflejan el ingenio y organización de los teotihuacanos. Estas características son parte de una compleja red de intercambios culturales y comerciales que conectaron a Teotihuacán con otras grandes civilizaciones, incluidas aquellas ubicadas en el sur de México y Centroamérica.
La pirámide de la serpiente emplumada: Un legado compartido
Investigaciones recientes apuntan a que durante el Período Clásico Temprano (150-600 d.C.), Teotihuacán ejerció una poderosa influencia sobre los mayas, especialmente en la región de Tikal, en Guatemala. Según el estudio titulado "Los mayas ‘Ajawtaak’ y la hegemonía teotihuacana" publicado en la revista de arqueología de Cambridge, la construcción de la Pirámide de la Serpiente Emplumada en Teotihuacán inspiró prácticas políticas y religiosas en Tikal. Elementos como la simbología de espejos y la obsidiana, asociados al poder y la guerra sagrada, fueron adoptados por los mayas, en especial por la figura de los ajawtaak (líderes mayas), quienes integraron estos símbolos en su propio sistema de poder y espiritualidad.
La obsidiana: Reflejo de poder y resplandor
La obsidiana, material esencial en la cultura teotihuacana, no solo fue utilizada en armas y herramientas, sino que también poseía un profundo simbolismo espiritual y militar. La ciudad maya de Tikal comenzó a importar grandes cantidades de obsidiana de diferentes regiones, incluyendo la obsidiana verde de Pachuca, México, que simbolizaba el poder y el estatus. Este material comenzó a aparecer en tumbas y ceremonias, representando el resplandor y el poder espiritual del ajaw, o líder maya, y reflejando la importancia de la obsidiana en los rituales y prácticas de combate.
Símbolos de liderazgo y poder divino
La figura del ajaw en la sociedad maya también se consolidó bajo la influencia de Teotihuacán, adoptando símbolos de poder como la obsidiana y asociándose con deidades de origen teotihuacano. El dios K’awiil, representado con una pierna de serpiente o un espejo humeante, fue una deidad relevante para los mayas, representando tanto la autoridad real como la prosperidad. Este dios se integró en los nombres y ritos de los gobernantes mayas, quienes lo consideraban una fuente de legitimidad y fuerza espiritual.
Teotihuacán en la arquitectura maya
Además del simbolismo religioso, la influencia de Teotihuacán se extendió a la arquitectura maya, con la adopción del estilo talud-tablero en sitios como Kaminaljuyu y Altun Ha. Este estilo de construcción, característico de las pirámides teotihuacanas, marcó una nueva era arquitectónica en ciudades mayas, incorporando técnicas de construcción y diseño que fortalecieron el intercambio cultural y reafirmaron la interconexión entre ambas civilizaciones.
Hoy, el legado de Teotihuacán y la Pirámide de la Serpiente Emplumada perdura, no solo como un hito arqueológico, sino como un símbolo del poder cultural mesoamericano que continúa influyendo en la interpretación de nuestra historia.
JGH