Este viernes 20 de septiembre, un grupo de normalistas de Ayotzinapa protagonizó fuertes enfrentamientos en las instalaciones del 27 Batallón de Infantería en Iguala, Guerrero. Durante la manifestación, los estudiantes, muchos de ellos encapuchados, lanzaron petardos y prendieron fuego a varios vehículos en los alrededores del cuartel, generando tensión y caos en la zona.
La protesta inició con un mitin pacífico en el que los manifestantes exigían justicia y respuestas sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en 2014, un caso que sigue generando indignación y movilizaciones en México. Sin embargo, la situación escaló cuando algunos de los manifestantes se dirigieron a las puertas del cuartel militar, intentando derribar una de las entradas con explosivos improvisados, lo que desató un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
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De acuerdo con medios nacionales, los encapuchados utilizaron petardos para intentar abrirse paso dentro del cuartel, lo que provocó momentos de alta tensión entre los manifestantes y los soldados que resguardaban el lugar. Varios vehículos estacionados cerca del batallón fueron incendiados, y una densa columna de humo pudo verse desde distintos puntos de la ciudad de Iguala.
El enfrentamiento se produjo en un contexto de creciente frustración por la falta de respuestas claras en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos, lo que ha generado una serie de protestas en todo el país. Este tipo de manifestaciones se han vuelto frecuentes en Guerrero, una región que ha estado marcada por la violencia y la exigencia de justicia por parte de las familias de los desaparecidos.
Hasta el momento, no se ha reportado ninguna persona herida, pero los daños materiales fueron significativos, especialmente con la quema de los automóviles y los destrozos en el portón del cuartel. Las autoridades aún no han emitido un comunicado oficial sobre el incidente, aunque es probable que refuercen la seguridad en las instalaciones militares de la región.
Este tipo de protestas pone de manifiesto la frustración y el dolor que sigue vigente en las comunidades afectadas por la desaparición de los estudiantes. A medida que se acerca el aniversario de los hechos de Ayotzinapa, las movilizaciones en exigencia de justicia y verdad no cesan, manteniendo el caso en el foco de atención nacional e internacional.
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