A medida que se acerca la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, la incertidumbre crece en la frontera sur de México.
En respuesta, el gobierno municipal de Tapachula, Chiapas, ha puesto en marcha un plan emergente para atender una posible saturación migratoria derivada de las deportaciones masivas prometidas por el mandatario republicano.
La directora de Relaciones Internacionales y Desarrollo Transfronterizo, Denisse Lugardo Escobar, confirmó que la estrategia contempla la habilitación de ocho espacios municipales para atender a distintos grupos de migrantes, incluyendo familias, menores no acompañados y la comunidad LGBTI.
México se alista para recibir a deportados
La preocupación no solo recae en el sur del país. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que su administración está lista para recibir a los mexicanos deportados, ofreciendo oportunidades de empleo y programas sociales.
Sin embargo, aún persisten dudas sobre si Estados Unidos devolverá a los migrantes a sus países de origen o los enviará a México, como ocurrió en administraciones previas.
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Migrantes enfrentan incertidumbre en la frontera
Mientras tanto, en Tapachula, los migrantes centroamericanos y sudamericanos viven en un estado de incertidumbre. Isaac López, un hondureño que busca llegar a EE.UU., aseguró que no piensa rendirse. “Si nos deportan, lo intentaremos otra vez”, afirmó.
Por su parte, Esmeralda Castañeda, de El Salvador, señaló que lleva días buscando empleo en Tapachula sin éxito, por lo que planea trasladarse a otra ciudad antes de intentar cruzar la frontera.
Desde Venezuela, Miguel Parra expresó su desesperación y pidió apoyo al gobierno mexicano. “Es un sacrificio llegar hasta aquí, porque cruzar el país a pie nos expone a secuestros y otros peligros”, lamentó.
Ante el inminente regreso de Trump a la Casa Blanca, Tapachula y otras ciudades fronterizas se preparan para una posible crisis humanitaria que podría impactar tanto a migrantes como a las autoridades mexicanas.
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