
El Viernes Santo, conocido como el día de la Pasión de Cristo, está rodeado de tradiciones y creencias que han trascendido generaciones. Entre ellas, destaca la idea de que bañarse en la playa, ríos o cualquier cuerpo de agua en este día puede traer consecuencias negativas, una creencia que tiene raíces en la historia religiosa y cultural.
Según las tradiciones populares, bañarse en el agua durante el Viernes Santo podría provocar transformaciones sobrenaturales, como convertirse en pez o en algún otro animal. Estas ideas, aunque consideradas mitos, tienen su origen en la Edad Media, cuando la Iglesia Católica promovía reglas estrictas para los días santos. El agua, símbolo sacramental, era vista como un elemento que debía ser respetado y no utilizado de manera cotidiana durante este periodo.
Otra interpretación señala que el Viernes Santo es un día de duelo y reflexión, ya que conmemora la crucifixión de Jesús. Por ello, algunas personas consideran que actividades recreativas como ir a la playa o bañarse en ríos son inapropiadas y una falta de respeto hacia el significado espiritual de la fecha.

Aunque estas creencias han perdido fuerza con el tiempo, aún persisten en algunas comunidades, especialmente en países con tradición católica. Para muchos, el respeto por las tradiciones religiosas sigue siendo una forma de honrar la solemnidad del día.
Estas prácticas y mitos reflejan cómo las creencias populares pueden influir en las costumbres y comportamientos de las personas durante fechas significativas.