A unos kilómetros del tramo principal del Tramo 3 Calkiní-Izamal, en donde se está construyendo el Tren Maya, personas pertenecientes a los pueblos originarios trabajan una jornada de ocho horas, para abrir paso al megaproyecto.
Pobladores de comunidades aledañas entre Maxcanú y Kopomá ganan, según informaron unos mil 400 pesos semanales, ocupación que muchos han tomado ante la falta de oportunidades; cabe mencionar que los nombres han sido modificados a fin de proteger la identidad de los trabajadores, quienes temen tener represalias por sus testimonios.
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Los obreros tienen una de las misiones más pesadas, que consiste en desmontar las vías y requiere de gran fuerza física.
Luego de la visita de supervisión en el Tramo 3 Calkiní-Izamal del Tren Maya, que encabezó el titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, trabajadores contaron que laboran en las horas más intensas del calor, desmontando y limpiando el área en donde se instalarán las vías férreas, así como los durmientes, lo necesario para que pase en por ese lugar la locomotora.
“Hace dos semanas que estamos trabajando aquí dando inicios a los trabajos del Tren Maya, hasta ahora nada más hemos visto sacaberas”, indicó el empleado del megaproyecto, “Roberto”.
El trabajador dijo que incluso han observado la presencia de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), realizando sus labores en el lugar que se va intervenir, sin embargo, al momento no han hecho hallazgo alguno.
Por su parte, el señor “Gerónimo” externó que la carga de trabajo es pesado, pues les toca primero desmontar, luego chapear, muchas de las veces, pese a que se tienen pequeñas motosierras, las acciones de limpieza se deben hacer usando únicamente un machete.
El empleado dijo que junto con 11 de sus compañeros y en 14 días han podido avanzar alrededor de 12 kilómetros.
De profesor de secundaria a trabajador del Tren Maya
Un empleado que se identificó como “Manuel” relató que para la administración del exgobernador Patricio Patrón Laviada del 2001 al 2007 se empleaba como maestro de su comunidad, sin embargo, hacia finales de ese mandato, le quitaron la mayoría de horas que tenía frente a grupo. Él impartía las materias de química y biología, pero al enfrentarse a esa realidad, tuvo que emprender y desde esas fechas se autoempleó, puso una tiendita en su comunidad y a la par, su esposa empezó a vender antojitos regionales por las noches.
Compartió que con el paso del tiempo empezó a tener la estabilidad y solvencia económica, que gozaba cuando era docente, sin embargo, llegó el 2020 y con él, la pandemia por coronavirus. Ante la falta de clientes, derivado al confinamiento, se vio en dificultades económicas, y al final, como última opción por los aprietos económicos optó por ser trabajador del Tren Maya.
“Yo ya estaba acostumbrado a ser mi propio patrón y esto es un ingreso que se necesita”, sostuvo.
Destacó que si está ocupándose como personal operativo es porque tiene una necesidad, por los tiempos que se viven y los impactos que económicos que ha dejado el COVID-19, incluso a esas comunidades.
Estos empleados que trabajan de forma temporal en el Tren Maya ganan mil 400 pesos semanales, es decir, 200 pesos al día, en una jornada de 8 de la mañana a 4 de la tarde, el trabajo es pesado, sin embargo, muchos de ellos tienen la necesidad de llevar unos pesos a su hogar en tiempos complicados.
Por Guillermo Castillo