Trabajadores del Tramo 3 Calkiní-Izamal, del Tren Maya que laboran con diferentes empresas, dijeron que recientemente se les informó que realizarán horas extra y extenderían su horario hasta las 8 de la noche, cuando normalmente finalizan a las 5 de la tarde, debido al atraso aparente que existe porque no pudieron laborar los días en que se registraron las lluvias a causa de los fenómenos meteorológicos, así como por el exceso de humedad en el suelo los días posteriores.
A la altura de donde se ubicaba la exestación ferrocarrilera de Maxcanú, que se derrumbó debido a su antigüedad, ahora se aprecia un espacio donde resguardan varillas, durmientes y material para los nuevos trabajos, en la entrada hay una caseta de vigilancia y un espacio donde se vende comida a los trabajadores.
Desde ese punto, nueve jornaleros estuvieron retirando las vías del tren antiguas que hasta hace cinco meses seguían en uso.
Según informaron pobladores en la cercanía, bajo el sol desatornillan los refuerzos de metal con pico, cortadora y taladros para que finalmente una máquina retire las pesadas estructuras, y señalaron que se descompuso la herramienta que estaban utilizando, así que ayer pudieron terminar su jornada un poco más temprano.
Confirman que hasta ayer las condiciones de trabajo son óptimas, cuentan con los protocolos de seguridad y los sueldos varían en función de las actividades que realicen. Quienes han logrado conseguir un trabajo en estas obras, señalan que el trámite se hace directamente con los ingenieros que están a cargo de la obra.
A los trabajadores no se les informa de las metas de avance del proyecto ni de cada cuánto tiempo deben avanzar, ellos sólo hacen el trabajo del día, refieren. Los ingenieros se niegan a proporcionar información sobre el avance de las obras.
Uno de los trabajadores que “hace de todo”, Óscar Roberto Argáez, lleva dos semanas en la obra y reconoció preocuparle que en determinado momento puedan bloquear los accesos principales a su natal San Bernardo, y que la entrada se vuelva más engorrosa. Sobre el trabajo, le parece cómodo porque está cerca de su casa y eso ya es una ventaja, también refirió ganar mil 500 pesos a la semana.
Por su parte, Antonio Perera, un joven que trabaja como chofer de la pipa de agua, comentó que llegan alrededor de las 6 de la mañana y terminan a las 5 de la tarde. La hora extra se la pagan a 40 pesos, “si resulta sacas diez horas a la semana ya tienes un extra, está bueno, es una lana extra”, oriundo de Dzilam González, toda la semana la pasa trabajando en Maxcanú y los fines de semana regresa a su lugar de residencia permanente. Hasta la fecha desconoce por cuánto tiempo pueda tener este trabajo, ya que conforme avancen pueden estar por seis meses o hasta un año.
Asimismo, negaron que se haya registrado hasta ahora algún accidente entre los trabajadores, lo atribuyen a que las personas manejan maquinaria pesada, informó Emiliano Tuz.
Por Karla Regina Aguilar