Cerca de cien viviendas de la calle 28 del municipio de Chocholá serían afectadas por los trabajos para la construcción del Tren Maya, ya que el derecho de vía de 40 metros de ancho pasa sobre las casas ubicadas a ambos lados de las vías, además de que la malla de seguridad de la línea del ferrocarril prácticamente dividiría al pueblo en dos.
Actualmente los trabajos del Tren Maya en el municipio de Chocholá se encuentran detenidos hasta que se encuentre una solución para que la línea férrea no afecte las viviendas del municipio.
Como se informó, los trabajos del tramo Calkiní a Izamal contemplan 172 kilómetros de vías férreas, donde se colocarían 380 mil nuevos durmientes, se contempla la construcción de seis viaductos, 43 pasos vehiculares y 32 pasos peatonales.
El matrimonio formado por José Rafael Lauro Quintal y Carmen Euán, que tienen su domicilio en la calle 28 entre las calles 15 y 17, indicaron que llevan más de 21 años de vivir en el lugar, donde al principio no contaban con agua ni luz eléctrica, pero con mucho esfuerzo han logrado levantar su casa y ahora tienen temor que les pidan reubicarse, ya que el derecho de vía prácticamente les quitaría la mitad de su vivienda.
La señora Georgina Paredes, quien tiene su casa en la calle 28 con calle 21-A, quien también resultaría afectada por el derecho de vía, espera que se desvíe la nueva línea del Tren Maya, porque muchas casas resultarán afectadas y el pueblo va a quedar partido por la mitad.
La señora Octaviana Quintal Arjona, cuya vivienda se encuentra junto a la antigua estación del ferrocarril de Chocholá, edificio que ahora funciona como la biblioteca pública“Ermilo Abreu Gómez”, indicó que su casa se la dieron a su difunto esposo, Emilio Canto Sánchez, hace 50 años, ya que era jefe de estación y mayordomo de cuadrilla.
Será la primera
"Tengo temor porque algunos vecinos me han dicho que mi casa es la primera que van a botar cuando pase el Tren Maya, porque está muy cerca de las vías".
Tanto su vivienda como la biblioteca pasan a escasos cinco metros de las vías del tren, la señora de 82 años de edad, quien enviudó hace cinco años, dijo que a ella todavía le tocó ver las máquinas de ferrocarril que funcionaban con leña y corrían en unas vías angostas.
Luego le tocó la remodelación del ferrocarril con las máquinas de diésel, dice que recuerda los vagones tipo “penqueras” que eran de madera y transportaban caballos, ganado y cerdos.
En esos tiempos mucha gente llegaba a 6 de la mañana, cuando pasaba el tren de Mérida a Campeche, arribaban las venteras de empanadas, atole, panuchos y salbutes; luego, a las 5 de la tarde, pasaba el tren de Campeche-Mérida y de nueva cuenta se juntaba la gente, en esos años dijo que ella se ocupaba vendiendo refrescos en la puerta de su casa.
Toda su vida ha estado ligada al ferrocarril, sus dos hijos Rosa y Manuel crecieron junto a la estación del tren, todavía la semana pasada dice que le tocó ver el último tren de Mérida a Campeche, eran tres máquinas que jalaban más de 60 vagones.
Mencionó que cuando les dijeron que le quitarían su casa se comunicó con los “ferrocarrileros”, quienes le dijeron que estuviera tranquila porque nadie le quitaría su propiedad, agregó que a pesar de que hay el temor de que le quiten su propiedad, su mayor ilusión es logra ver en funcionamiento el Tren Maya.
Habla el Alcalde
Al respecto, el alcalde de Chocholá, Pedro Alcántara Pech Aragón, señaló que las obras están detenidas hasta que se encuentre una opción que no afecte a los habitantes del pueblo.
El proyecto del Tren Maya sin duda va a impulsar el desarrollo económico no sólo de Yucatán, sino de todo el Sureste de México y, aunque no habrá una estación ferroviaria en Chocholá, estamos de acuerdo con el desarrollo de la obra siempre y cuando no afecte la vida en el municipio, señaló el edil.
Informó que hace dos semanas que sostuvo una plática con Aarón Rosado, representante del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), y con el ingeniero Pedro Núñez, responsable de obra, y les solicitó que se busque una alternativa para que la línea del tren no pase por la calle 28, porque va a dividir al pueblo, además de que los 40 metros del derecho de vía afectaría a cerca de cien viviendas que se encuentran a los costados de las vías del tren.
El tramo de la calle 28, que va paralela a las vías del ferrocarril, afectaría las viviendas desde el cruzamiento de la calle 9 hasta la calle 27, donde prácticamente todas las casas quedarían dentro del derecho de vía, además de que con la construcción de la malla de seguridad de las líneas del tren dejaría dividido el pueblo en dos, ya que el proyecto sólo contemplaba un paso a desnivel para vehículos y dos pasos peatonales para pasar de un lado a otro del pueblo, señaló el alcalde.
En su momento esta situación generó mucha incertidumbre de parte de las familias cuyas viviendas se encuentran en este tramo, sin embargo, desde que se presentó la inconformidad por parte del Ayuntamiento los trabajos se detuvieron y las autoridades han prometido encontrar una solución, y ya se trabaja en determinar un desvío de la línea férrea a fin de que no se vean perjudicados los habitantes del pueblo.
Pláticas con vecinos
Aunque las medidas sanitarias no permiten realizar reuniones masivas, dijo que se han realizado pláticas con grupos de 15 vecinos para informarles cuáles son los avances en las negociaciones con las autoridades a cargo de la construcción del Tren Maya.
El alcalde recordó que esta misma situación vivió el pueblo de Chocholá, el cual tiene 4,600 habitantes, cuando se construyó la carreteraCampeche-Mérida; sin embargo, aquellos tiempos y por tratarse de una obra federal nadie dijo nada y ahora hay vecinos que tienen que recorrer un kilómetro e ir hasta el desvío para pasar a la calle del frente.
El hecho de que los trabajos estén detenidos es una buena señal de que hay disposición de las autoridades para no afectar a las comunidades donde pasa el proyecto, agregó que una de las opciones que se analizan es que la línea del tren pase a un costado de la termoeléctrica a las afueras del pueblo.
Por Alejandro Moreno Peña