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Opinión

Cuidado, la Derecha está al Acecho

Por Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

El 2018 finaliza con vientos que traen presagios de tormentas, en nuestro país y en varias partes del mundo. La naturaleza humana parece necesitar el desfogue de sus humores nocivos, como una demostración de superioridad sobre los otros. En particular cuando los instintos se sobreponen a la razón, lo cual acontece en etapas de cambios decisivos. De ahí el calificativo de conservadores a los grupos que rechazan transformaciones positivas para la sociedad, situación que hoy estamos viviendo en México.

La experiencia histórica nos demuestra que los también llamados reaccionarios, no aceptan fácilmente perder sus posiciones de privilegio. Su mezquindad sale a flote de inmediato y no paran mientes en conseguir sus objetivos, contrarios a los de la sociedad en su conjunto. El paradigma histórico de este comportamiento lo tuvo el mundo con la toma del poder por los fascistas en Italia y, de manera por demás trágica, en Alemania con el arribo de los nazis al gobierno.

En nuestro país, la tecnocracia apátrida y ultra reaccionaria no acepta que su tiempo ya pasó. Está muy molesta por el triunfo de los ciudadanos de a pie en elecciones pacíficas, transparentes e inobjetables. Esto mismo está sucediendo en otras latitudes, en países de América Latina, Europa y Estados Unidos, epítome actual del imperialismo. Quieren revivir los tiempos terroríficos del surgimiento del totalitarismo para poder afianzar sus intereses por medio de la violencia.

Esto no habrá de suceder en México por una razón fundamental: las fuerzas armadas no habrán de permitir que se rompa la paz social, no sólo por su institucionalidad sino porque sus raíces son producto de una revolución social. Por otro lado, el pueblo mexicano tiene claridad sobre los móviles perversos de los grupúsculos oligárquicos y no se quedaría cruzado de brazos ante los riesgos de cualquier aventura reaccionaria para desestabilizar a un Estado que busca, por primera vez en muchas décadas, instaurar la democracia y la justicia en el país.

Lo anterior no significa que las masas ejercerían la violencia contra las huestes de la ultra derecha, sino sólo que no se les permitiría llevar a cabo su labor de zapa contra México, merced a la organización lograda y, sobre todo, al liderazgo de un partido, Morena, que rompió con los moldes del pasado y se está ganando a pulso el apoyo popular. Por eso es oportuno advertir el peligro de que sea infiltrado por la derecha, como en su momento lo fue el PRD hasta llevarlo a su extinción.

En este punto radica el éxito o el fracaso de la revolución pacífica que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador. Está obligado a estar muy atento al rumbo del partido, cuidar que no sufra menoscabo alguno en sus principios y objetivos políticos, como está sucediendo en algunas partes del país, especialmente en zonas que no representan un alto porcentaje de votos, como en Durango.

En tiempos de lucha ideológica, donde están de por medio sus intereses mezquinos, la derecha no descansa. Por fortuna, esto lo sabe ya muy bien el pueblo, gracias al impulso que dio el propio López Obrador a la concientización política durante su campaña. Este factor, sin embargo, no lo está tomando en cuenta la ultra derecha. Cuidado, mucho cuidado.

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Twitter: @VivaVilla_23

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