Por Félix Sautié Mederos
Crónicas CubanasUna lección que nunca deberíamos olvidar…
Queridos lectores de Crónicas Cubanas, les confieso que mi conciencia me ha aguijoneado profundamente con la conmemoración del Centenario de Nelson Mandela en la ONU en estos días, en que su Asamblea General 2018, Reunión plenaria del mundo, como bien podría denominarse, constituye un tema que domina el ámbito de los acontecimientos en lo internacional. Las noticias de la prensa escrita y los telediarios nos traen minuto a minuto lo que está sucediendo en Nueva York. Especialmente en Cuba se pone énfasis a la presencia, por primera vez, de nuestro recién electo Presidente de la República Miguel Díaz Canel.
Para mí Nelson Mandela siempre ha sido un ejemplo de fe y esperanza extraordinarios que encarna perfectamente en aquello que se plantea en el Evangelio de Mateo Capítulo 17 versículo 20 “...Porque yo os aseguro que: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a ese monte: ‘Desplázate de aquí a allá’, y se desplazará, y nada os será imposible...”. Debo decirles que si en esta época se quisiera buscar un ejemplo de integridad política y de cristianismo verdaderamente encarnado, considero que si miramos para el ejemplo de Nelson Mandela lo encontraríamos reflejado con creces.
He seguido en detalle el evento de la ONU al respecto en el que, por cierto, se estrenó en ese organismo internacional nuestro Presidente Miguel Díaz Canel, quien expresó en su discurso en la cumbre de Paz, Nelson Mandela, en el 73 período de sesiones que: “El Primer Secretario de nuestro Partido, General de Ejército Raúl Castro Ruz, calificó a Mandela como ‘un profeta de la unidad, la reconciliación y la paz’. Por su parte, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, lo definió como ejemplo de ‘hombre absolutamente íntegro (…), inconmoviblemente firme, valiente, heroico, sereno, inteligente, capaz…’ Así mismo recuerda el pueblo cubano a Nelson Mandela”.
Pienso, como ya lo han dicho también algunos especialistas al respecto y es de reconocimiento universal, que el ejemplo de fe inconmovible de Nelson Mandela como el primer Presidente negro de su país, fue capaz de mover las montañas que representó el apartheid en una Sudáfrica cruel y dramáticamente dividida en negros y blancos, transformándola en una nación unida más allá de los rencores y los pases de cuentas de los unos contra los otros.
Ese ejemplo tiene muchas lecciones y para nosotros los cubanos en estos momentos de debates del nuevo Proyecto de Constitución debería servirnos para iluminarnos muy en especial en nuestras relaciones con nuestros prójimos, principalmente en el reconocimiento de los derechos de la diversidad sin discriminación por raza, ideas políticas ni orientación sexual; principalmente en esta última que se encuentra entre los temas que más se están debatiendo en las Asambleas de Análisis de la nueva Constitución a lo largo y ancho del país.
Allá cada cual con su conciencia; y de mi parte reitero como siempre que: Así lo pienso y así lo expreso en mi derecho a opinar con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.