Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
I.- De Alemán a Peña, es decir desde 1946 con la creación del PRI, y luego con Fox y Calderón tras la descomposición del PAN (en cuya creación nada tiene que ver Gómez Morín), la corrupción económica y, consecuentemente, política, dejaron un cochinero de robos, saqueos, negocios y condonación de impuestos a cambio de un “moche”, que desgració la vida pública de las elites, incluyendo a empresarios que “pescaron en el río revuelto” de esa corrupción, de donde abortaron banqueros y aquellos que se beneficiaron con las privatizaciones (sobre todo con Salinas y Zedillo), al grado de asesinar a un candidato (Colosio); igual que ultimaron a Alvaro Obregón para detener su reelección; o para destituir a Ortiz Rubio, le avisaron con un atentado. Con el paréntesis panista de doce años, esa corrupción culminó con Peña Nieto, quien ya no tenía más alternativa que un golpe de Estado o dejar que López Obrador y Morena –ganador en las urnas–, asumiera la Presidencia de la República donde con su poder absoluto, se encubrieron para enriquecerse y enriquecer a sus cómplices, implantando la corrupción absoluta.
II.- Todos los ex presidentes fueron ladrones, rateros; pero, tal vez Peña Nieto ha sido el más caco de todos. La renuncia por “causa grave” de Medina Mora, impuesto por Peña como ministro de la Suprema Corte, arrastra el botín con el que fue pillado en pesos, dólares y libras esterlinas. Dejó Peña que Osorio en Gobernación malversara fondos públicos. Y así, cada uno de los secretarios peñistas (de los cuales sólo Rosario Robles está bajo proceso penal), se enriqueció. De entre ellos sobresale Videgaray, el entonces vicepresidente que trajo al corruptísimo loco Donald Trump. Y es claro que ni los integrantes de la delincuencia organizada o los narcotraficantes han logrado lo que hizo el peñismo. En contrapartida, el señor Peña creó pobreza en más de la mitad de la población, cifra que ahora llega a los 64 millones: la mitad de ellos en pobreza extrema. Así que dejó Peña un desastre que no podrá ser reparado si éste no es llevado ante el Ministerio Público, previo su enjuiciamiento político ya que aún se encuentra dentro del período para juzgarlo; que como señala la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es de un año a partir del término de su mandato.
III.- El presidencialismo mexicano representa la impunidad para robar los dineros públicos. Es decir, el dinero de la sociedad, de todos los mexicanos a través de sus generaciones a partir de 1946. Fueron los jefes del saqueo como Jefes de Estado, Jefes de Gobierno y Jefes Natos del Ejército, las policías, los desgobernadores, los directores de las empresas estatales (hundieron a Pemex); y Peña Nieto ha sido el capo de capos que anda por el mundo de turista, en lugar de estar en una celda. La corrupción peñista ha sido más que un desastre que culminó la historia presidencial como sexenios de catástrofes que han sembrado la miseria de la pobreza nacional. Peña debe ser consignado por ratero y en lugar de izar la Bandera, colgarlo y exhibirlo como el jefe de la mafia depredadora.