Hugo Carbajal Aguilar “En Chinameca lo espero, tomaremos una copa…”
Esa fue la frase de Guajardo para asesinar a Zapata. El miércoles 10 de abril en Chinameca se vivió una fiesta popular de crítica, de reclamo, de exigencia al gobierno actual para que no pierda el rumbo y se quede de este lado, del pueblo campesino, de los zapatistas, de los explotados de siempre. Se recibieron muchos compañeros de distintas partes de la república que fueron a manifestarse en solidaridad con sus hermanos morelenses. Marcha del pueblo, música de distintos grupos, discursos breves y sustanciosos, aguas frescas, antojitos, cheves –por supuesto– y mucha enjundia campesina y popular disfrutada y compartida.
Un Museo histórico sobre el General Zapata recibió muchas visitas que dejaron testimonios y agradecimientos escritos. Se ilustra ahí la traición de Madero así como declaraciones de Zapata en favor de los pobres y de la necesidad de la revolución.
Esto debería discutir MORENA: ¿Qué va a pasar con lo de la Termoeléctrica de Huesca, el gasoducto y el uso del agua del río Cuautla?
¿Qué va a pasar con el proyecto del Tren Maya? ¿Se respetarán los pueblos indígenas? ¿Se han advertido los impactos culturales, ambientales y socioeconómicos? ¿Hablará el gobierno federal con el Congreso Nacional Indígena? ¿Con el EZLN, también?
¿Qué va a pasar con la Guardia Nacional? ¿Se van a perdonar todos los abusos que el Ejército ha cometido en los últimos años contra el pueblo? ¿Crímenes, violaciones, saqueos, torturas y desapariciones? ¿Los crímenes cometidos por los soldados y marinos han sido perdonados sólo porque cumplían órdenes? ¿No es esa la misma excusa utilizada por los nazis que quemaron vivas a muchas víctimas del holocausto?
Los militantes de MORENA tienen que hacerse presentes en el panorama nacional e iniciar una discusión relevante para orientar su partido, no perder el rumbo y convertirse en una trinchera efectiva del cambio esperado y no quedarse en la inercia colectiva dejándose llevar por las circunstancias. La idea central es el cambio social, la transformación efectiva de las condiciones lamentables en que dejaron al país los regímenes anteriores. Sabemos que no se pretende una revolución radical que sería lo más conducente, lo lógico, lo esperado…lástima. Pero no podemos dejar pasar esta oportunidad exigiendo, denunciando, haciéndonos presentes, participando.
Varios individuos conocemos que han moldeado su vida en una búsqueda constante de oportunidades. No tienen, nunca han tenido la menor intención de darle sentido y orientación o alguna utilidad en favor de la comunidad humana, servicio, vocación. No, de ninguna manera. Todo ha sido colocarse en sitios que les permitan hacerlos sentir importantes y decentes, actuar sin escrúpulos y aprovechar esas circunstancias para enriquecerse. Van de un lado a otro sin el menor pudor, cambian de camiseta desvergonzadamente, se afilian a este partido o asociación hoy para desconocerla mañana, muestran con sus jefes inmediatos una obsecuencia rayana en la ignominia (eso quiere decir que son lambiscones y barberos) y presumen su “éxito” a sus cuates o amiguitos de la misma banda.
Los conocemos. Hemos escuchado su dipsómana verborrea, padecido su impúdica conducta y su presuntuosa vanidad.
La historia marca con frecuencia iniciativas de lucha social revolucionaria que fueron después aprovechadas por estos oportunistas. Iniciativas fundadas por convencidos luchadores de las que fueron después expulsados. Tal es el caso del Partido Comunista que expulsó a connotados personajes comprometidos con la revolución social como José Revueltas, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros. Sucedió después con el Frente Cardenista (FCRN) y más tarde con el PRD convertido hoy en una vergüenza nacional gracias a los Chuchos y sus compinches que entregaron ese partido a los intereses empresariales del PRI y del PAN traicionando los más elementales principios e intenciones. Todo por conservar su ración de poder exhibiéndose desvergonzadamente como parásitos de la sociedad viviendo de la pecunia pública.
Muchos de estos panistas, priístas, perredistas, verdes y persignados del encuentro social están ya muy cómodos en espacios de poder ostentándose como convencidos de la 4ª. Transformación sintiéndose más Morenos que San Martín de Porres, que el mismo Pelé y que el Negro Cambujo, mi contlapache de la primaria.
Compartamos algunas angustias sociales. Tal vez haciéndolas públicas las conjuremos para que no se cumplan. ¿Será ese mismo el destino de MORENA como partido? Vamos, ¿el uso del poder inoculará a esta agrupación que nació con intenciones transparentes y la perderá en los recovecos de las pasiones enfermizas para que olvide su vocación y sus primigenios objetivos?
Cuatro escasos meses han transcurrido y ya se han presentado escaramuzas internas con disputas por candidaturas. Aquí en Morelos ya hay grupos que pretenden manejar las dirigencias estatales. Aquí en Morelos, ya hay apuntados como próximos candidatos a la gubernatura (¡!) –hombres y mujeres– que buscan los reflectores y que aparecen un día sí y otro también cuidando su imagen y hablando bien de sí mismos. Sin el menor pudor. ¿Quiere ser Ud. un estupendo candidato? Bien, pierda la vergüenza.
Pero dejemos eso por hoy y vayamos a lo importante asumiendo la advertencia.
En Los Mochis, Sinaloa, el presidente municipal –de MORENA– es un auténtico hijo de su mal dormir que comete abusos y amenaza a quien no obedece sus caprichos. El Presidente ya lo sabe porque un periodista se lo hizo saber en la conferencia mañanera. ¿Qué se va a hacer por parte de las autoridades? ¿Y qué va a hacer MORENA con este alcaldito que se siente cacique? Toda una ficha.
En Bácum, Sonora, MORENA ganó la alcaldía con un ciudadano distinguido. Cumplió una sentencia por traficar 21 kg. de cocaína en Indiana y después fue aprehendido por tráfico de personas indocumentadas. Ahora ha sido condenado a 15 meses de prisión en EEUU por usar visas falsas. Otra ficha.
Si vamos a seguir padeciendo a cada bandido que se sube y se acomoda con el ganador cada vez que la oportunidad se ofrece, ¿qué garantía tendrá el pueblo de cumplimiento efectivo de las metas que se divulgaron y se ofrecieron?
La lucha por el poder es el motor que ha ocasionado todas estas calamidades. Todos los estados del país tienen personajes semejantes, los morelenses no estamos exentos. Hay que identificarlos y denunciarlos. No pueden salirse con la suya. No otra vez.
Y por favor, que alguien buen amigo del Góber morelense le eche la mano, al menos para que pueda contestar preguntas elementales. ¡Qué barbaridad!