Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes
La realidad demuestra con hechos dramáticos que nos acercamos a una encrucijada inescapable, a la cual necesariamente tendremos que llegar y tomar el rumbo que nos impongan los intereses dominantes. La persistencia del gobierno estadunidense en afianzar políticas antidemocráticas, ajenas incluso al sentido común, nos revela el riesgo de que la situación del mundo empeore, con gravísimos daños para los pueblos afectados por políticas públicas injustas y por gobiernos corruptos.
La aprehensión brutal del fundador de Wikileaks, Julián Assange, en la embajada de Ecuador en Gran Bretaña, después de siete años de reclusión forzosa por el enojo de la Casa Blanca, debido a la publicación en su portal de información clasificada que quitó la careta “democrática” al régimen estadunidense y demostró su absoluto desprecio a los derechos humanos y a la paz mundial, patentiza la urgencia de crear un bloque global que sea un eficaz contrapeso a los desmanes del imperialismo.
Parece una propuesta utópica, pero es la única esperanza de que se pueda poner un freno al proyecto devastador impulsado por los ultra conservadores del Grupo de los Siete, capitaneados en este momento por Donald Trump. La persecución contra un periodista que sólo cumplió con la responsabilidad de ejercer su función informativa con apego a la verdad, demuestra la sevicia del conservadurismo neonazi con el fin de llevar al planeta al límite de lo que sería la confrontación final entre los dos bloques hegemónicos ya conformados.
El asedio contra Assange y su posible extradición a Estados Unidos, como son los deseos de Trump y la cúpula oligárquica del Grupo de los Siete, demuestra que a partir de ahora no se detendrán para limitar y socavar la libertad de expresión en sus zonas de influencia, a fin de seguir con la mascarada de la defensa de la democracia en el mundo. Así, nos acercamos de modo acelerado a un calentamiento de la nueva “guerra fría” impulsada por Washington, cuyas consecuencias son impredecibles.
Para México, esta realidad esquizofrénica no puede ni debe soslayarse. No hay un mínimo margen a errores del gobierno federal, sino mantener una postura al mismo tiempo pragmática y nacionalista, muy difícil bajo cualquier punto de vista. Pero no hay más opción en esta etapa en la que Trump está decidido a reelegirse utilizando a los migrantes como uno de sus principales temas de campaña. Nunca como ahora, el futuro de los mexicanos y del mundo depende del pueblo estadunidense. Sería un suicidio colectivo prolongar la estadía de Trump en la Casa Blanca.
Sin embargo, no hay que hacerse falsas expectativas de cambios de fondo con la posible llegada de Sanders o cualquier otro político con una mínima sensatez. El problema de fondo es el temor de los titiriteros que mueven el capitalismo financiero global de ser rebasados por el empuje del bloque conformado por Rusia y China. Sin embargo, habría posibilidad de una tregua que enfriara el entorno de “guerra fría” en que está inmersa la humanidad.
Lo alentador es que el presidente López Obrador tiene la suficiente inteligencia y astucia para evitar que Trump provoque un conflicto inmanejable con nuestro país. Lo esencial es no caer jamás en las provocaciones de la derecha, ni mucho menos perder la confianza del pueblo en la viabilidad de cambios progresistas de fondo en el sistema político de nuestro país.
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